Más que evidente, viendo el marcador, es que Arturo Coello y Agustín Tapia dieron un recital en la final de La Rioja frente a la sensación local, el binomio formado por Leo Augsburger y Valentino Libaak, dos chavales que apuntan alto, muy alto.
El 6-1 y 6-0 que cosecharon fue una demostración de fuerza, talento y dominio de todos los aspectos del pádel, algo que sin duda sirvió para conseguir su segundo entorchado del año y también para mandar un aviso de que su aclimatación se ha completado y de que, ahora sí, van decididamente a por todas.
Si no pudiste ver el desenlace del torneo, te dejamos con el resumen elaborado por World Padel Tour:
Los comentarios están cerrados.