Otro adiós que sorprende mucho en el circuito profesional, aunque era de esperar dadas las circunstancias. Tras anunciar Eli Amatriain y Patty Llaguno que se separaban tras tantos años juntas, una de las dos tenía que poner también el punto y final a su relación con la capitana del barco, Neki Berwig, y ha sido Eli.
Ha sorprendido quizá que sea ella, dado que era la que más tiempo llevaba, la friolera de 12 años, pero el cambio de rumbo era, en parte, necesario. Juntas han crecido, han evolucionado en su juego, han ganado y perdido, han sonreído y llorado, viajado y compartido infinidad de momentos tanto dentro de la pista como, sobre todo, fuera.
Neki lo ha sido todo para Eli y viceversa, la entrenadora con la que llegó a lo más alto junto a Patty, al número 1, la que diseñó un juego totalmente diferente al del resto, con muchos globos y aguante, con una gran estrategia mental que hacía que en pista siempre mostraran una sonrisa, nunca malas caras y, sobre todo, un respeto total por las rivales.
Toda unión llega a su fin y esta quizá suponga más tristeza que otras, pero esperemos que sea por el bien de todas ellas y que el año próximo, si se encuentran frente a frente, sigan ofreciendo ambas su mejor versión, pues la amistad y el cariño mutuo lo van a llevar siempre.
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