Padel Spain.- Sólo hace dos temporadas que Adrián Caviglia llegó a España pero, desde el mismo momento en el que aterrizó en nuestro país, su trayectoria ha estado repleta de éxitos. En 2011, junto a Cristian Gutiérrez y Miguel Lamperti, alcanzó tres finales de pruebas del Circuito PPT. En este 2012, y hace apenas unos días, puso su granito de arena para que dos de sus pupilos alcanzasen la gloria en el Mundial. Trabajador y muy meticuloso, también es responsable de la evolución de jóvenes talentos como Matías Marina, Marta Ortega y Javier Beloqui.
El entrenador argentino se hizo cargo del banquillo de Gutiérrez y Poggi desde el mismo instante en el que los dos jugadores decidieron unir sus caminos. «Con la experiencia acumulada la pasada campaña, he pretendido no incurrir en los mimos errores que cometimos con Lamperti-Gutiérrez. Estamos aprovechando la profesionalidad de ambos jugadores para lograr el máximo rendimiento como pareja. Hemos trabajado día a día para conformar una dupla muy sólida en todos los sentidos. Creo que lo hemos conseguido, explotando al máximo las cualidades de cada jugador para dibujar el pádel en todo su esplendor. En cuanto a estrategias, cada jugador y cada pareja tiene claro cómo tiene que plantear cada partido porque se han enfrentado en infinidad de ocasiones y se conocen todos a las mil maravillas. Por encima de lo que proponga el entrenador de turno, esta generación tiene la madurez suficiente para adoptar ese tipo de decisiones desde dentro de la pista. Sin embargo, eso no quita que hayamos trabajado en cada una de las parejas rivales y sus patrones de juego para después adoptar decisiones según se fuesen desarrollando puntualmente los partidos».
Muy feliz por su llegada a Vibor-A, Adrián Caviglia quiso despedirse enfatizando la idea de que en el Mundial de Barcelona: «Hemos planteado nuestro juego y los beneficios del mismo. A partir de esta premisa, esperamos la reacción de los rivales para actuar en la solución a dicha propuesta. Si algo habla bien de la pareja Gutiérrez-Poggi es porque sorprendieron con su juego a las parejas uno, dos y tres del ránking profesional. Estoy seguro que las mismas se pondrán a trabajar y estudiar cómo ganarles en próximo torneo. Respecto a la final, les di una única consigna: Las finales sólo se ganan».
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