En este artículo Maxi Castellote nos habla de la importancia que tiene el saque en un partido, un golpe que es importante dominar y cuya ejecución requiere de gran técnica.
Podríamos considerar que un jugador es un buen sacador, «cuando tiene un alto porcentaje de primeros servicios, dominando la velocidad y los efectos, y que con tan solo un pequeño movimiento de su cuerpo consigue cambiar la dirección de la bola, sorprendiendo así al rival».
Habitualmente los jugadores que se inician en la práctica del pádel no le dan mucha importancia al saque, utilizándolo solo como una forma de comenzar a jugar, dándole mucha potencia y sin tener demasiado en cuenta la dirección.
En el pádel competitivo cada vez es más importante el saque, ya que es fundamental para hacer valer la «ventaja» que se tiene al comenzar con la red.
Como hemos dicho en otras oportunidades, la evolución de los materiales con que se fabrican las raquetas, más las bolas que se utilizan últimamente, hacen el juego más agresivo por lo que hay que intentar mantener lo más posible la posición de ataque en la red.
Con un buen servicio, podemos dificultar el resto del rival consiguiendo de esta manera una buena oportunidad para realizar un tiro agresivo y así dominar el punto. Un saque «flojo» provocará que el contrario pueda realizar un buen resto que nos incomode o bien sacarnos la red con un buen globo.
El saque es el único momento durante el juego en el que el jugador golpea la bola en el lugar que quiere, ya que el resto las recibe del rival. Si se lo entrena bien, puede comenzar dominando el punto, dificultando de esta forma el quiebre por parte del adversario.
Es conveniente variar bastante el saque, para no acostumbrar al jugador que resta a golpear siempre la misma bola, pues, a la larga, le tomará el tiempo y será él quien nos sorprenda. El único caso en el que podríamos repetir el saque al mismo lugar, es cuando observamos que el adversario tiene alguna dificultad para restar.
El reglamento permite pegar a la pelota hasta la altura de la cintura, por lo que cuanto más alto impactemos en ella, dentro de lo permitido, más agresivo será nuestro servicio.
Los jugadores que se inician podrían comenzar sacando plano, intentando trazar una línea imaginaria entre el centro de la raqueta, la bola y el destino final de la misma, por lo que la preparación de la pala debe hacerse hacia atrás, apuntando a la pared de fondo.
TÉCNICA (Jugador diestro):
Para realizarlo, siempre partimos en una posición de lado, preparando el golpe antes de «soltar» la bola. Las piernas semi flexionadas, el brazo derecho estirado hacia atrás y la mano izquierda delante, sosteniendo la bola, conformarán la posición inicial del servicio.
La separación entre los pies nos dará el equilibrio necesario en todos los golpes; las piernas flexionadas facilitarán pasar el peso del cuerpo de atrás hacia delante, para así acompañar la bola y llegar rápido a la red; con el brazo estirado hacia atrás tendremos una buena distancia con respecto a la bola para poder darle aceleración al golpe; y la mano izquierda, que sostiene la bola delante y a nuestra derecha, nos permitirá realizar un tiro cómodo y natural.
Cuando nos referimos a jugadores de competición, generalmente realizan su servicio cortado para intentar «aplastar la bola». La preparación de la raqueta es desde atrás y arriba, debiendo acelerar bastante para conseguir impactar en la parte inferior de la bola. Para conseguir una cierta regularidad, es ideal soltar siempre la bola en el mismo lugar, evitando tirarla hacia abajo o hacia arriba, con el objetivo de que ésta dé siempre el mismo rebote.
Podríamos decir que existen tres lugares a donde podríamos sacar:
- HACIA LA PARED LATERAL: este tipo de saque es muy utilizado por los jugadores, sobre todo entre los aficionados. Esto se debe a que cuando más cerca de esa pared rebota la bola, más dificultad tendrá el rival para restar.
Este tiro puede realizarse más fuerte, ya que se dispone de una mayor distancia desde el lugar del saque.
- HACIA EL CENTRO (T): Lo mejor es sacar lento y que la bola bote cerca de la T para que no dé rebote en la pared. Con esta bola el restador tendrá que golpear desde muy abajo y con la bola prácticamente al costado del cuerpo y detrás, por lo que su mejor tiro será una bola baja sobre el centro de la pista o en diagonal.
- AL CUERPO DEL RIVAL: esta es una buena opción, ya que el rival tendrá que restar con la bola frente suyo y delante de sus piernas. Este saque, junto con el del centro, son los más utilizados por los jugadores de competición.
El restador en este caso, difícilmente pueda realizar un globo, ya que este es un golpe que requiere de una buena preparación para obtener profundidad, por lo que su tiro más lógico, será por abajo y sobre el centro de la pista. Con estas opciones vemos cómo a partir de un saque táctico podemos obtener ventaja en la famosa «tercer bola», con que tanto se está jugando en la actualidad.
Esta bola es conocida, porque los jugadores intentan sacar ventaja a partir de ella. Es decir, que a partir de un saque táctico, se intentará recibir la bola que más conviene a la pareja, para que en la «tercera bola» se pueda poner en una posición incómoda a los rivales.
De lo que se trata el pádel, es de «jugar para recibir»… es decir, que intentaremos jugar una bola para recibir otra en donde más nos conviene.
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