Padel Spain .- Bueno… No tanto, pero algo así. Pues bien, vayamos al grano. Pongamos rumbo al Noroeste peninsular. Lo primero que quiero trasmitiros es la importancia que tiene que el circuito profesional haya vuelto a una ciudad como A Coruña. La afición es de las que deja huella, viven el pádel de una manera increíble. Noté un montón el vuelco que ha dado nuestro deporte desde la última vez que estuve por esta maravillosa ciudad. Por cierto, mucho más bonita todavía si la ilumina el resplandeciente sol que pudimos disfrutar la semana pasada.
El viaje lo hicimos en el coche de Miguel Lamperti. Salimos el martes por la tarde y llegamos de madrugada. La verdad es que se hace largo y pesado. Son muchas horas, muchas curvas y más kilómetros. Creo que la próxima vez lo haré en avión. Recuerdo placenteramente cuando llegamos al hotel y nos asomamos a la terraza. Sobre la oscuridad de la noche rezumaba el sonido inquietante del mar. A la mañana siguiente pude contemplar sobrecogido las maravillosas vistas que había. El día invitaba a salir al exterior sin demora. El paseo marítimo estaba lleno de gente caminando, en bicicleta, haciendo footing… En fin, que no me pude resistir y me di una vueltecita para respirar esa brisa marina que tanto echo de menos en Madrid.
El pabellón estaba situado muy cerca del hotel y pegado al campo de fútbol Riazor. Una pena no poder haber estado más tiempo para disfrutar de la ciudad y de la ubicación privilegiada que teníamos. La gente, como siempre, volcada con nosotros, mi compañero es tremendamente carismático. El primer partido nos toco jugar en el club y estaba con mucho ambiente, incluso más que en el pabellón. Ojalá el año que viene se vuelva a disputar este torneo y estemos más días dentro de la competición.
Saludos y nos vemos a la vuelta de Santander.
Maxi Grabiel.
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