Era el momento de disfrtuar de dos parejas inéditas en la final, dos que no se habían cruzado nunca y que buscaban con el título objetivos muy diferentes. Unos vengarse de la derrota en el anterior Challenger y demostrar que su proyecto es ganador; los otros, declarar bien alto que se han juntado para vencer, para ilusionar y para llegar muy arriba y que lo podían hacer ocn muy pocos partidos juntos.
Así, por un lado teníamos a Lucas Campagnolo y ‘Lucho’ Capra y por el otro a Martín Sánchez Piñeiro y Álex Ruiz, duelo itnernacional con un brasileño, un argentino y dos españoles. Bien es cierto que llegaban estos últimos con más desgaste en las piernas tras tres partidos a tres sets y de eso se aprovecharon Lucas y ‘Lucho’, mucho más metidos e imprimiendo varias marchas más al partido.
Querían llevarlo a su terreno y sabían que si lo convertían en un duelo de ida y vuelta, el cansancio afloraría antes en sus oponentes, y eso hicieron. Echaron el cerrojo a la defensa y a partir de ahí construyeron, punto a punto, sin cometer un solo error por los que llegaban desde el otro lado de la red, que engrosaban la estadística negativa del andaluz y el gallego y eso fue lo que les privó de tener un duelo igualado y de poder pelear con mejores armas.
En apenas media hora, ya galopaba un 6-1 en el marcador que, minutos más tarde, encontraba réplica casi idéntica en el segundo, con un 6-2 que cerraba el trofeo de Campagnolo y Capra, su primer título tras apenas contar con participaciones conjuntas. Un título muy merecido y que seguro les otorga un plus enorme de confianza.
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