Madrid ya tiene a sus campeones. Tras varios días de muchas horas de pádel, lluvia, parones, suspensiones y sorpresas, el Challenger de Madrid coronaba este domingo, por fin con sol y muy buena temperatura, a Maxi Grabiel y Pablo Lijó.
Día de doblete este domingo, con las semifinales por la mañana, desde las 10, y la finalísima por la tarde, a partir de las 18 horas, con mucho público en el Club Deportivo Somontes, música para ambientar y con Javi Ruiz y Uri Botello como rivales.
Tres españoles y un argentino en la central del club madrileño, con el físico algo justo tras dos semis a tres sets y con poco tiempo para recuperar. Ello hizo que quizá no todos diesen el 100% desde el inicio, esperando una final larga y de mucho desgaste, guardándose parte del depósito para no acabar pidiendo la hora.
Pero lejos de lo esperado, los errores no forzados condenaron a Botello y Ruiz. Demasiadas bolas a la faja de la red, al cristal o a la verja, lo que provocó que, sin muchos aspavientos y con la simple regularidad y capacidad para no fallar, la dupla Lijó-Grabiel comenzase a ganar distancias en el luminoso, sintiéndose por momentos muy cómoda y desarrollando un gran pádel que sus oponentes no podían contrarrestar. Puno a punto, lograban un par de breaks justo cuando más daño hacían y ello les llevó a hacerse con el primer parcial sin apenas darnos cuenta.
Raúl Arias intentó desde el banco insuflar ánimo y oxígeno a los suyos, pero fueron el pequeño jugador argentino y el espigado gallego quienes salieron con aún más fervor a la cancha, volviendo a apretar en la red y sacando desde el suelo bolas imposibles y de suspiros de asombro en la grada.
De nuevo con un break, esta vez en los primeros compases, Pablo y Maxi cobraron una ventaja que ya, lejos de soltar, fueron ampliando a base de juego profundo y minimización de errores. Dos juegos más para ellos y un 3-0 arriba que pesó mucho; a este le dio continuación un 4-1 y un 5-2 que ya prácticamente cerraba el choque.
Pablo y Maxi controlaron lo poco que quedaba del partido y así, con un marcador total de 6-3 y 6-2 se llevaban este ‘Challenger de la lluvia’ en poco más de una hora.
Ahora, con poco tiempo para el descanso, toca coger medio de transporte para irse a Lisboa y disputar otro Challenger, que justamente ha comenzado este mismo domingo.
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