Llegan a la final masculina cuatro jugadores que por alto son un espectáculo, cuatro cañoneros y grandes rematadores que han dejado en la retina dos enormes semifinales, ambas a tres sets y con un derroche físico más que destacado.
La primera de ellas puso en liza a tres veteranos, Jordi Muñoz y Fede Quiles por un lado, y Uri Botello y Fernando Poggi por el otro. Toque de magia en las manos de Muñoz, despliegue físico por parte de Quiles y Poggi y defensa extrema en las piernas de Botello, una mezcla de estilos que resultó un gran cóctel (6-3, 4-6 y 6-2).
Los tres sets tuvieron mucha alternancia y aunque empezaron golpeando primero el canario y el argentino, Botello y Poggi no tardaron en demostrar que no habían llegado a la semifinal por casualidad, sino que su trabajo daba sus frutos y que no caerían sin pelear. Con todo igualado, el esfuerzo del segundo set les pasó algo de factura, a lo que se sumó el mayor desgaste del día previo, donde también se jugaron el pase a tres sets, mientras que Quiles y Muñoz venían de un duelo más plácido y esa frescura se notó en la rapidez de piernas y en conseguir llegar a más bolas, algo que se hizo fundamental para obtener el pase.
La otra semifinal representó una batalla total entre Álex Ruiz y Javier Concepción y Ramiro Moyano y Álvaro Cepero (6-7, 7-6 y 6-4). Dos parejas formadas para la ocasión que han conjuntado a la perfección y que han sabido conjugar sus diferentes estilos para plantarse en semifinales e igualarse a casi todo.
Moyano y Cepero dieron el primer paso adelante tras superar en el tie break a sus rivales, si bien el primer parcial tuvo de todo y cualquiera de los cuatro pudo haberse hecho con él. El segundo set contuvo los mismos argumentos, igualdad máxima, puntos decididos por mínimos detalles y de nuevo, pádel-espectáculo sin reservas, sin concesiones, sin dejarse lo más mínimo dentro.
Con las dos parejas decididas e igualadas tras llevarse esta vez el desempate Ruiz y Concepción, los antiguos compañeros de marca consiguieron, ya en el tercero, un mejor rédito en los instantes finales, donde un break supuso la llave con la que abrir la puerta de la final. Sin embargo, aquí los cuatro se merecían el aplauso, pues acabaron exhaustos y aunque el premio solo se lo llevaron dos, todos dejaron excelente sabor de boca en los presentes en las gradas, quienes les agradecieron con una ovación cerrada las más de dos horas y media de disputa.
Con todo ello, tenemos una gran final este domingo, a partir de las 12 horas, entre Jordi Muñoz y Fede Quiles ante Álex Ruiz y Javier Concepción. ¡Suerte para todos ellos!
Fotos: WPT Challenger
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