Qué gran autorregalo se ha hecho la buena de Carolina Orsi, pues sin comerlo ni beberlo se ha metido en la final del FIP Platnium de Cerdeña. Ante su gente, se convertirá este sábado en la gran ídolo local, la gran protagonista de un torneo obviamente descafeinado ante la falta de las principales palas pero que, para jugadores y jugadoras como ella, es un escaparate magnífico.
Es por ello que la jugadora lo ha dado toto, ronda tras ronda, en la prueba, acompañada de Nuria Rodríguez, y que en la semifinal, ha conseguido el más difícil todavía: superar a las cabezas de serie nº1 del torneo.
Se presentaban ante ellas Virginia Riera y Carmen Goenaga, grandes favoritas a estar al menos peleando por el entorchado, pero les dejaban con la miel en los labios gracias a una puesta en escena fantástica en la que lograban minimizar las múltiples opciones de break que tuvieron la española y la argentina (tuvieron siete y solo consiguieron una) al tiempo que ellas tenían mejor estadística con dos conseguidas sobre cuatro y, sobre todo, haciendo valer el portentoso remate de Orsi, que causó estragos y maniató a las oponentes.
Eso les otorgaba un 6-3 que les abría las puertas de la final, pero quedaba un segundo parcial. Ahí, Riera y Goenaga se mostrarían algo mejor, reduciendo los errores y siendo algo más finas en la estadística. Eso llevaría al partido a un nuevo estadio, a una pelea que aparecía en el 20×10 pero que nuevamente sería satisfactoria para Carol y Nuria, más acertadas en el tramo final para sumar el décimo juego y cerrar la eliminatoria gracias a dos remates consecutivos de la italiana, nuevamente muy efectiva (6-3 y 6-4).
Ahora les tocará vérselas con Marta Marrero y Aranza Osoro, dupla que en un espectacular ejercicio de supervivencia conseguía doblegar a Marina Guinart y a una jugadora que ya compitió al lado de Osoro, Victoria Iglesias. Como se conocían, el partido ya partía con una igualdad que se presuponía y que luego, con el paso de los minutos, se haría efectiva.
Eso sí, el primer golpe lo dieron Osoro y Marrero, pues su activación fue mayor en los compases iniciales, buscando constantemente hacer daño al resto y provocar errores en las rivales; al final lo consiguieron, y reforzando la rotura con su saque, acabarían por hacerse con la primera manga (6-3).
La continuación, sin embargo, se les hizo cuesta arriba y el ritmo lo marcarían entonces Victoria y Marina. Con más libertad para pensar y ejecutar, serían capaces de obtener un juego más fluido que desembocaría en tres breaks y en una gran amplitud en el marcador (2-6).
Con todo por decidir, quedaba un último esfuerzo y ahí las fuerzas se ajustaron. Ninguna pareja quería dar su brazo a torcer y se vieron los juegos caer de uno y otro lado hasta que Marrero y Osoro lograron romper, obteniendo una mínima ventana con la que asegurar el marcador final (6-3, 2-6 y 6-4). Primera final para ellas ante una Carolina Orsi que repite estancia respecto al año pasado. ¿Habrá triunfo local o regreso por todo lo alto de «mamá Marrero»?