Ahora sí que sí, última sesión de previas. El torneo de Génova ya no tendrá más opciones de clasificarse para el cuadro final. Este martes repartía sus billetes para enfrentarse a los mejores y lo hacía tanto en mujeres como en hombres con cierta calma, si bien en el apartado masculino hubo algo más de pelea que en el femenino.
Esta vez, al contrario que en otras ocasiones, no hubo ninguna sorpresa reseñable y la sesión caminó con absoluta normalidad.
En el cuadro de previas femeninas, cero sobresaltos y mucho margen para las parejas ganadoras. Lucía Peralta y Patrícia Maria Ribeiro no pudieron con las cuartas cabezas de serie, la italiana Carlotta Casali y Alba Gallardo (1-6 y 3-6).
Lara Arruabarrena y Julia Polo fueron de menos a más en el partido ante Alicia Blanco y Mónica Gómez, quienes tras presentar dura batalla en la primera manga, se desinflaron en la segunda y no pudieron competir con tanta igualdad (7-5 y 6-2).
Alguna que otra complicación para Sandra Bellver y Marta Borrero (primeras cabezas de serie); tuvieron que apretar de lo lindo y trabajar mucho en la pista para conseguir una mínima ventaja en ambas mangas ante Amanda López y Noemí Aguilar (6-4 y 6-4), quienes nunca le perdieron la cara al choque.
Para terminar, Martina Fassio y Raquel Eugenio fueron otras de las que volaron con mucha altura en el último duelo de previas. Se veían con Chiara Pappacena y Xenia Clascá y apenas les dejaron respirar, percutiendo constantemente, siendo muy insistentes desde la red y juego de ataque muy fluido que les permitió obtener un 6-2 y 6-3.
Pasando al cuadro masculino, quienes aprovecharon para llevarse todo el protagonismo fueron dos locales, Flavio Abbate y Giulio Graziotti, quienes contra todo pronóstico fueron capaces de imponerse en su partido ante Fran Ramírez y Víctor Mena.
Nada hacía pensar que los italianos iban a presentar tanta batalla pero con la moral muy alta, pues veían cerca la opción de alargar su estancia un día más y acceder a la siguiente ronda, pelearon con todo. Salieron a comerse el primer parcial y lo hicieron a fuerza de break para tomar distancia y anotárselo sin problemas (6-2).
Mena y Ramírez buscaron resurgir en el segundo, ajustaron varios aspectos y mejoraron mucho, igualando la contienda y llevando el partido a un nuevo nivel de exigencia. Batalla total entre los cuatro que tuvo que llegar al desempate donde los españoles fueron mucho mejores y lograron dejar todo como al principio (6-7).
Un resultado que les dio alas para el tercero, donde atacaron sin descanso una y otra vez y tuvieron la opción de lograr hasta cinco breaks, pero Abbate y Graziotti lograrían evitarlos todos salvo uno, que nuevamente les haría irse al tie break. Un final de altura para un enorme partido; esta vez aprendieron de sus errores y fueron ellos los que se mostraron más seguros en la definición para lograr el sueño de estar en el cuadro final (6-2, 6-7 y 7-6).
Remontarían con un gran trabajo colectivo Tino Libaak y Leo Augsburger, sumando otro cuadro final y dejando sin premio a Fede Mouriño e Ignacio Piotto. Los dos argentinos perderían el primer parcial tras conseguir llegar a la muerte súbita, pero ahí Mouriño y Vilariño optarían por una mejor estrategia, la cual les dio más réditos y les permitió ponerse por delante (6-7).
Sin embargo, a partir de ese momento, Libaak y Augsburger apenas concedieron regalos. Suyo fue el mando del partido, desencadenando una tormenta de juego fluido, ofensivo y muy efectivo que hizo que todo se diera la vuelta y que, finalmente, escribieran un 6-7, 6-2 y 6-4.
En los otros dos partidos, mencionar que Denis Perino y Pablo García Rodrigo se impusieron a Thomas Leygue y Ramiro Valenzuela con un amplio 6-4 y 6-2 y que con algún apuro más, Iván Ramírez e Íñigo Jofre, cabezas de serie nº2, accederían a la siguiente fase consiguiendo ser mejores que Antón Sans y David Gala, quienes les contestaron a todas y cada una de sus acometidas pero les faltó un pequeño plus en el tramo final de cada set (6-4 y 7-5).
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