Había algo más que un simple título en juego en Pontevedra. Orgullo, liderazgo y la condición de supremacía en el ranking. No era solo un entorchado más, sino la posibilidad de un cambio de tendencia, de un relevo que se ha venido fraguando poco a poco y que, tras mucho tiempo, ha llegado.
No ha sido fácil, mucho tiempo de travesía por el desierto para unos y de vida cómoda instalada en la riqueza y en la fastuosidad de sumar un título tras otro, de sentirse por momentos invencibles, hasta que una pareja surgida de la nada, de varios intentos previos con otros compañeros, empezó a creer más fuerte que nadie y a arañar poco a poco, hasta llegar a Galicia y hacer sangre.
Han sido ‘Tolito’ Aguirre y Gonzalo G. Alfonso, talento incapaz de encorsetarse a la táctica y garra y trabajo, los que han conquistado la cima, los que han quitado a Maxi Arce y Franco Dal Bianco el nº1 que tanto tiempo han tenido en su poder.
Primero fue el revés el que conquistó la cota más alta en solitario y ahora lo ha hecho junto a la magia del drive tras empezar en el partido con todo en contra, viendo cómo Arce y Dal Bianco se ponían con un claro 4-0 de entrada que en cualquier otro momento hubiese sido decisivo, pero no con el actual estado de forma de ‘los Mágicos’, que saben que si se juntan y empiezan a carburar, el ritmo de puntos y juegos fluye solo.
Así, poco a poco, cambiaron la dinámica y emergieron en el partido, dándole un aire nuevo a la estadística y logrando la friolera de seis juegos seguidos, uno tras otro, para obtener el primer set para sus intereses (4-6).
El segundo tendría igual final, idénticos registros, pero mayor pelea si cabe, pues Maxi y Franco estaban obligados a todo, a no quedarse con nada en la recámara, y a morir peleando, cosa que hicieron, pero sin suerte, pues Gonzalo empezó a controlar la situación con sus remates y el final del partido se convirtió en un espectáculo aéreo por su parte. Una y otra vez, bola que caía corta en sus inmediaciones, era devuelta con tremenda furia, potencia absoluta, para descerrajar a Arce y Dal Bianco, quienes no pudieron sino entregar el mando de las operaciones y el trono (4-6 y 4-6).
Sus aspiraciones terminaron ahí, recibiendo el aplauso de la grada y las felicitaciones de los rivales a cambio de las suyas propias. El cetro cambiaba de mano, veremos por cuánto tiempo. A1 Padel tiene nuevos líderes, dos jugadores mágicos e imprevisibles.