Qué poco ha tardado el torneo de Burdeos en dejarnos agitación en sus partidos, puntos de rebelión y resultados contra pronóstico. Ha sido en las previas femeninas y eso ha de servir como anuncio a navegantes.
»Ojo que lo vamos a pelear todo» parecían decir las menos favoritas ya desde el calentamiento y parece ser que no les tuvieron muy en cuenta y por no hacerles caso, pasó lo que pasó, que al final la amenaza se convirtió en realidad.
Así ocurriría con Lara Arruabarrena y Julia Polo, que destrozaron la defensa de Alicia Blanco y Lorena Vano (cabezas de serie nº2) con los mismos registros en las dos mangas (6-3 y 6-3). Misma receta seguirían, casi calcada, Raquel Piltcher y Carmen Castillón, en su caso dejando fuera a rivales más peligrosas si cabe, las nº1 Sandra Bellver y Marta Borrero, merced a un 6-4 y 6-3.
Patricia Ribeiro y Marta Arellano, para no romper la estadística, decidieron que les tocaba despedir a las nº3, y lo hicieron; les tocaban enfrente Sara Pujals y Giorgia Marchetti, a las que aplicaron un duro correctivo en el partido. Cierto es que la primera entrega se saldó con un marcador muy apretado, un único break de ventaja, pero en la segunda, la española y la portuguesa volaron sobre la pista y no permitieron que las oponentes se anotaran un solo juego (6-4 y 6-0).
Las únicas que sobrevivieron a la quema de cabezas de serie fueron Noemí Aguilar y Letizia María Manquillo, quienes ya más que sobre aviso por lo ocurrido con sus compañeras decidieron poner los cinco sentidos y no distraerse lo más mínimo ante Rebeca López y Lucía Peralta para conseguir la victoria gracias a un 6-3 y 6-3.