Padel Spain.- Junto a Miguel Lamperti forma una de las parejas más sólidas y espectaculares del Circuito Profesional. Hay muchas expectativas puestas en ellos pero, por el momento, su inicio de temporada no ha sido el deseado. En una entrevista concedida a nuestros compañeros de Vibor-A, Maxi Grabiel vuelve a hacer gala de su sinceridad.
Tras un comienzo de temporada muy regular con cuatro semifinales, a partir del torneo de Madrid el nivel bajó un poco… ¿Qué ha ocurrido?
Creo que lo que está afectando a nuestro rendimiento, al igual que ocurre con la mayoría de las parejas, es la parte mental, ya que olvidarse de jugar, uno no se olvida. Sigo siendo igual que siempre, lo que ocurre es que pierdes la confianza y eso repercute directamente en el juego. En Madrid no jugamos del todo bien contra Lahoz y Jardim y ellos firmaron un extraordinario partido. A partir de aquel momento comenzamos a generar dudas, que si no estábamos jugando tan bien… Y ya empiezas a entrar en los partidos con otra cabeza. Nos dejó huella. Después en A Coruña, jugamos rematadamente mal para llegar a Santander un poco más entonados. Pudimos tomarnos la revancha contra Silingo y Chico. Al final perdimos un partido que sabíamos de antemano que iba a ser complicado contra Nerone y Reca, ya que son unos especialistas consumados en pistas lentas como la de Santander. Jugamos bien, aunque se nos escapase después de haber tenido a nuestro favor una bola de partido. Estuvo para cualquiera.
¿Cómo afrontas estos picos de rendimiento?
Los diez o quince primeros minutos tras la derrota son de bronca y calentura. Por suerte, el ofuscamiento se me pasa rápido. Al cabo de un par de horas comienzo a analizar lo ocurrido para intentar mejorar. Sabemos que hoy en día te puede ganar cualquiera, así que no hay que tomarlo por la tremenda. Intento ser realista, el pádel está muy igualado. Tienes que volcarte para que los pequeños detalles que deciden los partidos estén de tu lado En el torneo de A Coruña cayeron en octavos de final cinco parejas de las ocho primeras del ránking. Un dato para tener en cuenta, ¿no?
Cuando no consigues los resultados esperados, ¿vas a entrenar con las mismas ganas?
Después de perder viene el bajón. Lo único que te apetece es estar con tu familia y borrón y cuenta nueva. En los últimos torneos que perdimos en octavos, el viernes me fui a entrenar con más ganas que nunca para calmar la ansiedad y quitar de un plumazo las malas sensaciones de la derrota. Cuando menos apetece, más ganas hay que meterle.
¿Quién se recupera anímicamente antes, Lamperti o tú?
Por mi parte lo llevo bastante bien. Si te digo la verdad, no sé como lo lleva Miguel Lamperti ya que es un sentimiento y eso va por dentro. Me recupero bien y es muy difícil que pierda la confianza para el torneo siguiente. Hay jugadores que después de unos resultados negativos, llegan tocados a la siguiente prueba y se les nota. Yo confío plenamente en mi juego y soy consciente de que no todos los días se puede jugar perfecto.
¿Es tan alto el nivel de juego en primeras rondas como se comenta?
El juego está mucho más igualado que otros años. En todos los torneos, antes de las rondas finales están cayendo cabezas de serie… Antes no pasaba eso. Durante largas temporadas llegábamos a cuartos las ocho primeras parejas del ránking, y a semifinales, las cuatro mejores. Era siempre así, había una diferencia marcada. Hoy puede llegar cualquiera.
Los jugadores jóvenes están empezando a meter la cabeza. ¿A quién destacarías?
Dejando de lado a Paquito Navarro, que ya despuntó el año pasado, hay un jugador que me gusta por encima de los demás: Ramiro Moyano. Me parece un fenómeno que juega una barbaridad. Cada pelota que lucha, la juega con intención de hacer algo, no por sacársela de encima. Tiene una proyección muy buena.
Tu amigo y compañero del Vibor-A Team, Cristian Gutiérrez, lo está bordando. ¿Te han sorprendido sus dos victorias consecutivas?
La verdad es que mucho. Es mi mejor amigo pero le dije que en el revés no le tenía tanta fe. Es muy bueno pero no creía que iba a ganar torneos tan rápido.
Hay que ser muy técnico para acomodarte tan rápido a la posición de revés como lo ha hecho Cristian…
Cristian tiene mucha facilidad para acomodarse. Los dos, hace ya años, jugamos en el revés. Esos conocimientos nunca se te olvidan. Pero al nivel que se juega ahora, tan trepidante, una adaptación rápida es digna de admiración.
¿Te ves jugando tú al otro lado?
No. Sobre todo por como ha ido evolucionando el pádel. Del conocimiento del juego en las paredes, en el fondo de pista, no tengo problemas para desenvolverme. Pero hoy con un juego tan dinámico, con mi estatura y mi alcance, me costaría adaptare.
¿Cómo llevas tu labor de columnista en PadelSpain?
Poco a poco, me cuesta. No tengo facilidad de palabra, lo mío es estar dentro de la pista. Pero me gusta, está bueno y te aseguro que también entreno esta disciplina (…risas).
Hemos sobrepasado el primer tercio de competición, ¿qué valoración haces de lo vivido en el World Pádel Tour?
El Circuito está a la altura de las expectativas. Podemos comprobar en cada torneo el vuelco que ha dado el pádel profesional. Los jugadores estamos encantados, se nos reconoce y nos cuidan muy bien. En cuanto nuestro juego, aspiramos a conseguir esa regularidad que por ahora nos es escurridiza.
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