Interesante partido el que nos va a deparar la final del Challenger La Finca – Trofeo Revitacell, con dos parejas no acostumbradas a llegar al último partido pero que han demostrado en este torneo ser los mejores.
Godo Díaz y Lucho Capra, ambos en la cresta de la ola en las dos últimas semanas, deberán confirmar esas buenas sensaciones ante Guga Vázquez y Borja Yribarren, dos que no entraban en ninguna quiniela pero que se han saltado cualquier pronóstico.
Si en Mónaco estuvo colosal Godo Díaz, muy bien secundado por Capra, aquí en Madrid el que se está saliendo es el joven de Quilmes, muy activo, rápido de piernas y ágil, para llegar a todos lados y tapar cualquier posible hueco. Así, ante Javier Concepción y Álex Ruiz, los dos argentinos se impusieron por 6-4 y 6-1, por la vía rápida y sin la más mínima concesión.
Igualado al comienzo, tras llegar al 4-4 todo cambió, y dos jugadores desaparecieron dentro del cristal. Los argentinos tomaron el mando con un break consolidado posteriormente y así se hicieron con el primer set. Tras la reanudación, Godo y Lucho mostraron una versión cinco estrellas de su película y estuvieron soberbios, mojando toda la pólvora de sus rivales y dejando a Javier y Álex sin ritmo ni juego, para llegar al definitivo 6-1 y el pase a la final para dos que en Mónaco ya brillaron con luz propia y que pueden poner un broche dorado a dos grandes semanas.
En la segunda semifinal, Borja Yribarren y Guga Vázquez lograron, contra pronóstico, superar a Jordi Muñoz y Pablo Lijó (4-6 y 2-6). Choque de dos parejas que se agarran a la pista y a las que es complicado derrotar.
Empezó todo parejo, con Lijó llegando a todas las bolas y Guga y Borja cubriéndose mutuamente los espacios, muy serios atrás y atacando en cuanto tenían ocasión, algo a lo que respondía Jordi con su gran muñeca. Entonces, con el 3-3, llegó la rotura al servicio de Jordi y Pablo y esa fue la clave que llevó al gallego y al argentino a hacer con el primer parcial.
Adrián Caviglia, desde el banco, intentó cambiar algo la táctica de sus pupilos pero a la vuelta a pista, lo que cambió fue su efectividad y Jordi comenzó a desesperarse cada vez más, puesto que las bolas no le entraban y miraba a su técnico incapaz de salir del bloqueo mental, mientras que Borja machacaba con sus remates y Guga en la red era un seguro de vida.
Su intensidad marcó la diferencia y el choque se les puso de cara para cerrar el segundo parcial de una manera mucho más cómoda que el primero y conseguir así llegar a su primera final. Este domingo, a partir de las 19 horas, conoceremos qué pareja se lleva el trofeo del Challenger de Madrid.
Fotos: World Padel Tour
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