Aunque era un secreto a voces tras verlo en las fotografías de los partidos, la noticia oficial ha tardado en llegar pero ya se puede desvelar. Salvador Oria, jugador profesional valenciano, se ha unido a la cada vez más grande familia de Siux.
«Llevaba tiempo queriendo jugar con Siux. Probé sus palas gracias a un compañero y luego no dudé en firmar. Desde el primer día me di cuenta de la cercanía que transmite la empresa; acudí a la fábrica y me trataron como si me conocieran de toda la vida. La atención es perfecta y los materiales son de primera calidad».
No pudieron llegar al cuadro final, pero Gijón ha visto el despegue de una pareja que puede dar más de una sorpresa y susto durante el año, la formada por Marcelo Capitani y Salva Oria. Precisamente este último estrenaba, además de compañero, empuñadura, enfundando la Siux Origen, una pala que, como él mismo ha descrito, «es la que mejor se adapta a mi juego. Es muy manejable y tiene un balance alto y desde el primer día me siento muy cómoda con ella».
A pesar de quedarse a las puertas del cuadro final, Oria no se rinde y con solo 19 años presenta un futuro muy prometedor y un presente que es toda una realidad, puesto que es el número 1 de la Comunidad Valenciana al imponerse el pasado añoen cuatro títulos regionales (Elche, Orihuela, Sport Padel Paterna y K7) junto a su compañero en estas lides, Matías Nicoletti.
En su primer año en categoría absoluta, Oria finalizó como número 1 de Valencia y cuarto de España, haciéndose con un hueco destacado en el competitivo ránking nacional. «El año salió perfecto. Conseguimos cuatro oros y llegamos a la previa del Challenger de Barcelona del World Padel Tour», indica.
En su primer año de pádel, cuando apenas contaba 13, fue convocado por la selección valenciana de menores, algo que, como él mismo ha mencionado, le motivó para tomarse «el pádel más en serio y poco después conocí a Matías, empecé a entrenar con él y luego a jugar. Así hasta hoy».
Oria se define como un jugador «rocoso» que nunca da una bola por perdida: «Soy duro en defensa y trato de fallar lo menos posible, aunque también me gusta ser agresivo cuando hay que serlo», añade.
Los golpes que mejor se le dan son «la volea de revés y la bandeja» y reconoce que aún le queda un gran camino por delante: «Creo que todavía puedo mejorar muchísimo. Me faltan muchos puntos por pulir, pero especialmente la pegada y el remate. Y luego también elegir bien los momentos en los que buscar el punto».
Por último, quiso desvelar sus objetivos para este año, ambiciosos todos ellos: «En Valencia, intentaré ganar todo lo que se pueda como ya hicimos el año pasado y en World Padel Tour espero llegar a cuadro en algún torneo; es difícil, pero creo que tendremos opciones».
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