El jugador madrileño Raúl Marcos se ha comprometido con Wingpadel, una marca en constante crecimiento y expansión, no solo a nivel amateur, sino también profesional.
Así, el joven jugador español empuñará la Wingpadel Air Force, una pala que «va de maravilla, compensada, ni muy potente, ni muy de control, fácil de manejar, la bola despide la des como la des, una pala bastante buena para todos los niveles», al lado de otro Raúl, en este caso Díaz, en una temporada que promete, y mucho.
Tal y como hemos podido saber, empezó jugando al pádel cuando tenía apenas 15 años gracias a su padre, y posteriormente comenzó a entrar en pista gracias al montaje de uno de estas superficies en el club que frecuentaba.
Un año más tarde, con 16, buscó una pareja de pádel en un foro de internet, Gonzalo, y empezó a profundizar en el pádel de menores madrileño; a partir de ahí el ascenso fue meteórico con varios cambios de parejas, clasificaciones importantes en torneos de altura y pase tanto a previas del World Padel Tour como a cuadros finales.
Este año jugará, como ya hemos mencionado antes, con Raúl Díaz, con el que se siente muy cómodo: «Sé que Raúl es muy competitivo, que siempre va a rendir y cuánto más difícil sea el partido mejor, más rendirá. Nos conocemos de hace muchos años y nos llevamos muy bien».
Entrena tres días por semana, combinando el físico con la técnica de la mano de Gonzalo Merchant y Manu Martín, sus dos entrenadores y su mayor virtud jugando es su «juego ordenado» como le gusta llamarlo a él: «Soy práctico a la hora de jugar, conozco bien mis límites y sé controlarlo».
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