Los compañeros de World Padel Tour han entrevistado a dos de las jugadoras que este año prometen dar muchas alegría y, sobre todo, alguna que otra sorpresa a las teórico favoritas.
Pese a la diferencia de edad, Lucía Sainz y Gemma Triay tienen muchas cosas en común; una de ellas es su pasión por el deporte. Han vivido la competición desde niñas de la mano del tenis. Ambas abandonaron la raqueta por las lesiones, pero añoraban la adrenalina de la competición y encontraron en el pádel el refugio perfecto. Este año, con energías renovadas, unen por primera vez sus caminos dentro de las pistas.
De su pasado en el mundo del tenis aprendieron a superarse a sí mismas y a ganar confianza. De su etapa en dobles, el acostumbrarse a competir en equipo y saber mantener una buena relación con la pareja.
«A los 4 años comencé a jugar al tenis, a los 14 me fui a Mallorca a un centro de alto rendimiento donde entrenábamos 6 horas diarias. Recuerdo esa época como algo muy especial y sacrificado, ya que la competición hacía que me perdiera un montón de cosas…Pero no me arrepiento», comentaba Gemma.
De la técnica del tenis también saben hacer buen uso: «Tenemos golpes que nos ayudan y mucho, como la pegada por tres, golpes más liftados…» asegura Lucía.
Pese a su breve andadura en el mundo del pádel, ambas han conseguido una buena evolución.
«Llevo tres años y he aprendido mucho de este deporte, y ahora ya estoy compitiendo al máximo nivel», explicaba Triay para WPT.
Las dos querían un cambio. Por eso se buscaron. Lucía llevaba tres años al lado de Marta Ortega, con la que se metió en la final del Master de 2014, si bien en esta última temporada los resultados no acompañaron del todo: «Este año nos ha dado mucha rabia no poder acceder al Master, creo que nos ha faltado poco. Hemos tenido muchos partidos muy largos y disputados a lo largo de la temporada, que se nos han escapado por un par de bolas». El no poder entrenar juntas era uno de los mayores handicaps y por eso buscaron cambiar aunque la catalana sólo tiene halagos para Marta.
«Martita tenía 15 años y ya era una futura estrella y ahora de futura estrella ya no tiene nada».
Lo mismo le ocurre a Gemma al hablar de la experimentada jugadora Paula Eyheraguíbel, con la que ha jugado los dos últimos años y con la que consiguió su primer pase a semifinales.
«Paula me ha guiado en muchos aspectos, depositó su confianza en mí y terminamos con el mejor premio: entrar en el Master Final».
SIn embargo, el handicap que poseen es que ambas son dos jugadoras de revés, por eso una de ellas tenía que dar el paso y cambiar su posición dentro de la pista: «Le pregunté a Gemma si quería cambiar a la derecha a ver si colaba…pero no coló… Bromas aparte, fuimos realistas, ella es más joven que yo».
Y parece que Lucía se va adaptando bien a su nueva posición: «La verdad que estoy asombrada por la capacidad de adaptación de Lucía, además ella sabe entender mi juego», dice la menorquina.
Sobre si se plantearon jugar sin la australiana, Sainz comenta que no, porque «requiere saber dominar los dos lados, y eso es muy complicado».
Gemma tiene 22 años y una progresión espectacular pero asegura no sentirse una joven promesa: «Estoy aprendiendo todavía para hacerme cada día mejor jugadora de pádel que es realmente lo que busco».
En cuanto a objetivos para este 2016, las dos son cautas en cuanto a expectativas: «Somos conscientes de que partimos con desventaja por ser una pareja nueva. El objetivo sería el Master y el super objetivo, estar entre las cuatro primeras parejas».
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