De sobra es conocido por todos que Paquito Navarro cada vez que entra en la pista se vacía, despliega su clase, alienta al público y le hace levantarse de sus asientos en más de una ocasión.
A pesar de ser el mejor jugador español del ranking World Padel Tour, el sevillano no quiere quedarse ahí y ahora mira con ganas y con mucha intensidad en los ojos la primera posición del ranking, la que ostentan Fernando Belasteguín y Pablo Lima.
Tres compañeros distintos en cuatro años (Jordi Muñoz, Tito Allemandi, Maxi Grabiel y Matías Díaz) y ahora le llega el turno a Sanyo Gutiérrez, con quien espera combinar a la perfección y ser una dupla dura y muy combativa, que junte garra y técnica, empuje y clase.
Tal y como comentan los compañeros de WPT, inició su andadura en el circuito al lado del canario Muñoz, con quien formó una pareja equilibrada pero con resultados quizá demasiado irregulares, con dos semifinales como mejores resultados (Málaga y Granada): «Éramos una pareja muy peligrosa… para bien y para mal; de Jordi me asombraba la facilidad que tiene para jugar y su manera de competir, es algo que lo lleva en la sangre».
En el 2013 decidió volver con un antiguo compañero suyo, el argentino Adrián ‘Tito’ Allemandi, con quien constituyó una pareja muy correosa y luchadora, idéntica al carácter de ambos: «Con Adri nos conocíamos mucho de la etapa anterior y logramos ser bastante regulares. Fue una etapa de crecimiento para los dos y los resultados fueron buenos, llegando incluso a una final en Marbella donde caímos ante Juan y Bela».
«Tito es un jugador «muy constante y tiene muchas ganas de mejorar; Adri es de los jugadores que más ha evolucionado en los últimos años».
En ese año 2014 fueron eliminados en seis ocasiones en los cuartos de final por Díaz-Belasteguín, quienes también fueron sus verdugos en la recordada final del Open de Marbella y en las semifinales de Lisboa. Las otras dos parejas que lograron vencerles ese año fueron Matías Díaz y Cristian Gutiérrez (cuartos de final de Badajoz) y Maxi Sánchez y Sanyo Gutiérrez (cuartos de final de Castellón).
Cuatro pruebas antes de acabar el año, decide cambiar de compañero y se hace acompañar del ‘veneno’ de Maxi Grabiel, mientras que Allemandi se pasó al bando de Lamperti, si bien ya se sabía quién iba a ser su compañero al año próximo, el ‘Guerrero’ Matías Díaz.
«Es una etapa que jamás olvidaré, porque con Maxi estrené mi palmarés en el circuito profesional. Fue como vivir una luna de miel, nos casamos para cuatro torneos y los resultados han sido los mejores». De hecho, debutaron en el torneo de Tenerife y cayeron en cuartos de final contra Pablo Lima y Juani Mieres para, posteriormente, acumular éxitos: títulos en Valencia y San Fernando ante Juan y Bela y Sanyo y Maxi, respectivamente.
«Maxi te pone muchas facilidades dentro y fuera de la pista. Es un jugador que reunía todas las condiciones para hacerme jugar bien, hace que el compañero se luzca. Esa etapa con Maxi fue la que me hizo creer que podía ganar».
Un 2015 para la historia
Y llegamos a 2015, que no podía comenzar de la mejor forma con Matías Díaz. Se proclamaron campeones del Master de Barcelona en su debut y a pesar de haber sido el único título conseguido, el sevillano no duda en afirmar que «ha sido el mejor año de mi carrera profesional».
«Acabar como pareja 2 del ranking es un sueño, pero lo que más valoro es haber compartido tantas experiencia con Mati, que me ha demostrado lo gran profesional que es. A pesar de que lleva una década entre las mejores parejas del mundo, me sorprendieron las ganas que tiene por seguir aprendiendo, tanto de su compañero como del entrenador. Un fuera de serie», resaltó.
Además del título en tierras catalanas, Paquito y Matías fueron finalistas en otros cinco torneos (San Fernando, La Palma, Valladolid, Monte-Carlo y Madrid).
A pesar de la gran trayectoria, de haber alcanzado el segundo puesto en el ranking, la pareja se disuelve. El motivo tiene nombre y apellido… Sanyo Gutiérrez. «Cuando recibí la llamada de Sanyo tuve que sopesarlo mucho. Me iba bien con Mati, pero me gustaba la apuesta, el riesgo y cuando uno cambia es porque piensa que le puede ir aún mejor».
De su nuevo compañero destaca que tácticamente es muy bueno, tiene mucha definición y «eso me permitirá bajar un poco las revoluciones. Estoy convencido que me hará disfrutar dentro de la pista, porque es un jugador que te sorprende, que inventa y creo que será un espectáculo».
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