No está siendo, ni mucho menos, el inicio de temporada soñado para Marta Marrero y Virginia Riera. La pareja, que apostaba por un formato de veteranía para hacerse fuerte en las primeras rondas, no está encontrado la clave para obtener victorias y se está despidiendo demasiado pronto de los torneos.
Para más inri, en esas primeras rondas es donde más competencia suele haber, pues las jóvenes vienen apretando mucho y las que llegan de previas lo hacen con más rodaje en sus piernas.
Sin embargo, lo que le ha sucedido a Marrero en Chile, donde ha vuelto a caer pero esta vez ha tenido un pequeño cruce de declaraciones con sus rivales, Marina Lobo y Sofía Saiz.
El partido se estaba jugando en un ambiente de bastante igualdad, lo que sin duda aumenta la presión y la tensión en cada punto, pues el primer parcial se fue al tie break (7-6) en favor de las dos jóvenes. En el segundo, además, habían puesto la directa y se manejaban con un favorable 4-1 y bola para el 5-1.
En ese momento, se produjo un remate de Lobo al que Marrero intentó llegar para devolverla, muy forzada y pegada a la verja, metiendo la pala in extremis; ella aseguraba que había tocado la pelota, que quedó prácticamente muerta en el otro lado de la pista, mientras que las rivales opinaban lo contrario. El juez árbitro, por su parte, a pesar de las quejas y argumentos de unas y otras, dio el punto a la canaria y a la argentina, algo que Marina y Sofía no podían creer.
El duelo se enmarañó y del posible 5-1 se pasó a un 4-2 y luego a un 6-6, con las jóvenes ya muy descentradas, si bien al final pudieron sacarlo en el tie break.
Tras el partido, la ex número 1 fue muy contundente: «No me sale felicitar a las rivales ya que han mostrado una falta de respeto muy grave hacia nosotras, llevo muchos años en este deporte y nadie nunca me llamó ladrona. Hay que tener elegancia y no faltar el respeto». Se notó todo ello en el frío saludo final.
Esperemos que todo esto quede en mera anécdota pero desde luego, a Marta Marrero, más allá de la derrota, las formas no le gustaron en absoluto.