Y se obró «el milagro» en Miami. Les ha costado, pero casi nueve meses después las vitrinas de Ale Galán y Fede Chingotto tienen un nuevo y joven inquilino. La primera vez en suelo norteamericano de Premier Padel ha significado un soplo de aire fresco para la pareja, necesitada de alegrías y refuerzos positivos.

Una final con aroma especial, pues delante estaban Franco Stupaczuk y Juan Lebrón, llegados de campeonar en Cancún y con ganas de más, pero se toparon con una versión magnífica de Galán, extraordinaria en lo físico como suele, y de Chingotto, creciendo por momentos y siendo capaz de tapar mil y un huecos.
Un partido que fue una delicia para la vista, pues se buscaron ángulos con insistencia, abriendo la pista de lado a lado, también atacar por el medio, salidas de pista fantásticas e imposibles para casi cualquiera de nosotros, ‘willys’, reacciones magníficas en choques de voleas…todo eso y más durante hora y media de espectáculo.

Y, además, aroma de cierta revancha o cuentas pendientes, porque Lebrón y Galán se encontraban por primera vez en una final frente a frente tras abandonar el proyecto en común y eso siempre es un aliciente más. Y en lo deportivo, el primer golpe de Ale y de Fede sería más que contundente.
La dupla nº2 empezó a tomar carrerilla desde el inicio, poniendo un 3-0 en el luminoso que ya era toda una declaración de intenciones. Lejos de frenarse ahí, siguieron atacando y mostrando una versión muy sólida que significó otro break más en el sexto (5-1) para asegurar después su servicio y cerrar la primera manga con un contundente y merecido 6-1.
En el banquillo, Carlos Pozzoni iba a pedir a los suyos actitud y actividad («Podemos ganar este partido») les decía una y otra vez, sobre todo a un Lebrón al que trataba de despertar y conectar. Y vaya si lo consiguió, porque el ‘Lobo’ empezó a fluir y a disfrutar en la pista. Todo se igualó y ya no aparecerían las roturas en los saques, por lo que la contienda se fue al juez final, a un tie break en el el acierto iba a ser determinante.

Al final, el tie break fue favorable al madrileño y al argentino (6-1 y 7-6), quienes vivían en sequía permanente desde la cita de Génova del pasado año en julio, a la que sucedió una racha impresionante de Arturo Coello y Agustín Tapia que se ha frenado, precisamente, en Miami. Parece que este año sí que puede haber más igualdad en el circuito masculino, algo que sería muy bueno para el deporte, siempre con el permiso de los nº1.