Cierto es que todavía queda mucho por delante y mucha distancia en el ranking, pero para llegar hay que ir mordiendo y arañando poco a poco, pasito a pasito, escalando sin prisa pero sin pausa. Y ese mantra se lo han tatuado Gemma Triay y Delfi Brea a fuego y por el momento están siguiendo muy bien la receta.
En Gijón han dado el primer paso, ganando a Ari Sánchez y Paula Josemaría en un partido raro, de alternativas constantes, y en el que los dos primeros sets fueron una montaña rusa sin freno, vasos totalmente comunicantes.
Golpearon primero las nº1 con una puesta en escena inmaculada, sin un solo pero, sin reproches y con una estadística pluscuamperfecta que sirvió para escribir un severo correctivo a sus rivales, un 6-0 en ante el que Triay y Brea no pudieron hacer otra cosa que mirar, sufrir y aguantar el chaparrón.
Eso sí, la respuesta fue igual de contundente que el marcador. Juntaron líneas la española y la argentina y se vinieron arriba, dando varios pasos adelante y forzando la maquinaria, obteniendo como rédito unos registros que pusieron contra las cuerdas a Sánchez y Josemaría y les devolvieron el golpe libra por libra (1-6).
En el tercero llegaría, por fin, lo que el público quería ver, la pelea de tú a tú, midiéndose las cuatro, a cara descubierta y sin titubeos. Fueron sumando puntos y juegos las dos parejas sin que ninguna fuese capaz de abrir el marcador, intentándolo pero sin suerte, hasta que en el tramo final, un pequeño atisbo de inspiración recayó más sobre las palas de Gemma y Delfi, quienes encontraron mejor acomodo en la pista para acabar rompiendo el servicio rival e imponiendo su juego, obteniendo así su primer título como pareja en solo dos intentos (6-0, 1-6 y 4-6).
Empiezan a recortar la balear y la argentina. El camino es largo, será duro y tendrá altibajos, pero por el momento ya han dado el primer paso y eso les servirá de gran refuerzo para lo que está por venir.
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