En la pista de Milán, cuatro gladiadores, los cuatro mejores jugadores de la actualidad en una clara partida de ajedrez, blancas contra negras.
Un partido que iba a definir el último título de la temporada regular, dos rachas diferentes y, sobre todo, que servía para poner el récord de asistencia en el pabellón italiano y que tenía en sus precedentes un 9-5 para Arturo Coello y Agustín Tapia.
El choque empezó con Ale Galán al saque y con el madrileño y Fede Chingotto poniendo la directa, saque en blanco (0-1), a lo que respondían los nº1 también con suficiencia. Todo se mantuvo en calma hasta el quinto juego, con Ale y Fede restando y obteniendo un 0-40 que ponía las alarmas en el banquillo de Coello y Tapia. Sin embargo, las solventaban todas (3-3) y acto seguido ponían ellos tres opciones de break desde el resto y aunque no las hacían efectivas, sí que obtenían la cuarta, ya con ventaja, poniéndose por delante (4-3).
Ampliaron la ventaja con su saque y aunque la redujeron los de Jorge Martínez (5-4) ya no dieron opción. Con Tapia al saque, en el décimo juego llegaba el juego definitivo tras una bola de Ale a la red cuando restaba. 6-4 y primer set para los ‘Golden Boys’.
Las hostilidades siguieron en el segundo envite pero esta vez, al paso por el tercer juego, eran Ale y Fede los que obtenían premio a su trabajo con dos bolas de break pero, al igual que ocurrió en el primer set, no pudieron aprovecharlas; reaccionaron “los hombres de negro” y eliminaron la desventaja, poniéndose con ventaja ellos y terminando por poner nuevamente la igualada (2-2).
Rompen los de Martín Canali en el quinto, poniendo el 3-2 y volviendo a ser factor diferencial, sobre todo un Agustín Tapia que empezó a tocar su melodía y a meterse la final en el bolsillo. Música celestial para el aficionado (4-2) merced a un remate llegando a la espalda de Coello y saltando por encima suyo.
Pero si por algo se caracterizan Galán y el pequeño ratón de Olavarría es por su resistencia y capacidad de persistir siempre; una recuperación en el aire imposible del jugador de Leganés y un Chingotto que se comía la red provocaban el error de Tapia para igualar el partido a 4 con el contrabreak. Duelo excelso en las cuatro esquinas.
Al paso por el décimo, otra bola de break a favor de los nº1 merced a una bajada de pared inmensa de Coello desde el revés en la misma esquina, pero como en las oportunidades anteriores, la perdieron, aunque inmediatamente obtuvieron otra y esta vez «sí fue el pájaro a la cazuela», haciéndose con una rotura esencial (6-5) que se convertiría, en el juego siguiente, en el definitivo 6-4 y 7-5.
Números que impresionan, que apabullan a cualquiera, pues han logrado la friolera de nueve títulos consecutivos, 14 en esta temporada, la de sus mayores éxitos (y todavía podrían hacer el pleno al 15 en Barcelona), con un registro de 45 victorias seguidas. Definitivamente, no ha habido vendetta.