La final masculina en Kuwait fue un duelo inesperado e inusual pero que no por ello dejó de regalarnos grandes momentos. Dos de los contendientes sí eran los esperados, mientras que los otros dos, por méritos propios, habían descabalgado a los otros dos habituales.
El duelo por el título enfrentó a la pareja uno frente a la pareja cuatro, una final inédita hasta la fecha a causa de que en su mayoría habían sido disputadas por las dos mejores parejas masculinas. Agustín Tapia y Arturo Coello se alzaron con un nuevo título, el duodécimo de la temporada ante un gran partido de Franco Stupaczuk y Miguel Yanguas.
Este duelo solo se había producido en una ocasión con anterioridad y fue en el Major de París de finales de septiembre en el que se salieron con la suya la pareja uno por 6-3 y 6-4.
En esta ocasión el inicio de ambas parejas fue tremendo, muy enchufados los cuatro, nadie se salía de la estrategia y la igualdad brillaba en Kuwait (2-2), especialmente un Yanguas que estaba con la aceleración y atención justas para desequilibrar en la red y mantener todas sus opciones y las de Stupa intactas. Tras el paso por banquillos del quinto el chaqueño y el malagueño salieron con un plan claro: acribillar a Tapia (que no estaba tan fino y explosivo como en otras ocasiones) y pasar en numerosas ocasiones por el centro, algo que les dio rédito, pero no fueron capaces de cosechar las opciones de rotura (4-3).
En el octavo juego la historia se repetía, pues ambas parejas se disputaban los puntos como si cada uno fuera el último y, de nuevo, Stupa y Yanguas encontraron opción al resto sin llegar a materializar, lo que les mermó y a la vuelta, la pareja que encontró el quiebre fue la de Gustavo Pratto (5-4). Finalmente, Agus y Arturo lo cerraban al servicio con un smash x4 del vallisoletano que era el nombre destacado en la final.
La segunda manga comenzó con la misma paridad que la primera; de nuevo Franco y Miguel estaban más cómodos y lograban desesperar a Agustín Tapia, que incluso lanzó una pelota a la grada con la frustración (2-2). Pero en ese momento emergió aún más la figura del vallisoletano; Coello se echó el equipo a la espalda y quebró en el quinto (3-2), con su posterior consolidación al servicio (4-2). La pareja uno se marchaba y sus rivales se desquiciaban por las oportunidades perdidas anteriormente, y eso que Carlos Pozzoni les pedía «trabajar e invertir, invertir para conseguir réditos y meternos de nuevo en el partido». En el séptimo, un nuevo quiebre dejaba el partido visto para sentencia y con su servicio, concretamente con un smash desde la línea de Tapia, alcanzaban un nuevo título (6-4).
En primer lugar, se debe nombrar la figura del catamarqueño, en un partido en el que no le salía nada, en el que estaba desesperado hizo el winner que les dio la victoria. Y, por otra parte, Arturo Coello Manso que firmó un partido prácticamente perfecto en el que cosechó 21 winners y tan solo un error no forzado, con tres errores totales, dando así una exhibición de principio a fin.
La pareja uno alcanza así su séptimo título consecutivo y, además, siguen con su racha triunfal, pues no pierden un partido desde el P2 de Génova en julio, cosechando hasta 12 trofeos en su haber en la temporada 2024 y, salvo sorpresa mayúscula, será por segundo año consecutivo la pareja uno del cuadro masculino.