Adjetivos ya no quedan para expresar lo que, torneo a torneo, consiguen Fernando Belasteguín y Pablo Lima. Son los depredadores del circuito, no se cansan de ganar y cuando huelen sangre, nada se les puede poner por delante para que no logren la victoria.
En todas las quinielas está el saber qué pareja será capaz de ganarles, cuándo hincarán la rodilla y cuándo dejarán de acumular títulos y records. Bela está en una segunda juventud y el hambre de Lima parece no tener fin. Esta vez, en Málaga, apelaron a la épica para llevarse un partido inconmensurable, que puso al público en pie y que les devolvió con aplausos lo que ellos dejaron en la pista.
Cómo empezar a contarles lo que ocurrió en el Martín Carpena es complicado y, sobre todo, extraño. Sus rivales, Juan Martín Díaz y Maxi Sánchez, llegaban con ganas de revancha tras lo sucedido en Mallorca y, sobre todo, con toda la intención del mundo de no volverse a llevar un set en blanco en contra, por lo que empezaron con varias marchas más.
1-0, 2-0, 3-0 y 4-0, devorando parciales y sumando juego tras juego hasta que, con bola para el 5-0, apareció Bela. Cansado de defender y ver cómo la ventaja aumentaba en el marcador, el de Pehuajó puso el modo martillo y fue aplacando el poderío ofensivo de sus rivales.
Tras ver cómo casi perdía en el primer set, llegaron a ponerse 5 iguales y de ahí, a pasar al tie break, donde todo se decidió y donde Maxi Sánchez se puso más nervioso de lo recomendable, lo que le hizo fallar varios puntos, lo suficiente para que Bela y Lima agarrasen el parcial con ambas manos (6-7).
Descanso en pista entre sets y, tras el desgaste inicial, Martín Díaz y Sánchez volvieron del banco siendo otros, incapaces de conectar su juego, habiéndolo dejado todo en el inicio y siendo ahora meros espectadores.
Argentino y brasileño conectaron el modo showtime y calcaron los parciales que en el primer set sufrieron en contra hasta el 5-0, cuando todo cambió.
Fernando Belasteguín tuvo que pedir la asistencia del fisio, con calambres cada vez más dolorosos y que de impedirle correr pasaron a no dejarle siquiera andar, estirando cada vez que podía, al tiempo que Lima sacaba el espíritu guerrero que lleva dentro y asistía impasible a la incapacidad de su compañero para moverse en la pista, y parecía más dolorido incluso que el argentino.
Juan Martín sacaba en el sexto juego y fue en ese momento cuando llegó la primera bola de partido (30-40), que consiguieron salvar para lograr el primer juego. Lima tenía con su servicio la posibilidad de cerrar el partido, pero el brasileño parecía también incapaz de desarrollar todo su juego, con un Bela cada vez más estático y con mayores gestos de dolor.
Maxi ganaba en blanco su saque con una dejadita incluida en uno de ellos que no sentó muy bien en la grada, lo que sirvió para ponerse 5-4 pero en ese momento Bela dijo basta. Con su saque, pareció recueprar la movilidad total y volvió a correr, suficiente para parar la sangría de puntos que estaban sufriendo y para cerrar el partido y el cuarto título a su favor (sexto para él este año).
El público malagueño se rindió ante ellos, los campeones, los líderes indiscutibles del ranking World Padel Tour, con 19 victorias consecutivas y la duda de saber si habrá fin a esta hegemonía.
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