Madre, jugadora profesional de pádel y campeona del reciente World Padel Tour Valencia. Así es Cata Tenorio, jugadora de Bullpadel y compañera de Marta Marrero.
La flamante vencedora en el Ágora aseguraba a medios de World Padel Tour que, tras imponerse en la ciudad del Turia, «te notas como en una nube una vez acabas el partido», a lo que hay que sumar que, esta misma semana, una de sus mayores alegrías, su hija Valentina, ha cumplido cuatro años.
«Mi hija es mi debilidad y mi fortaleza. Me hace medir todos mis logros deportivos en su justa medida. Evidentemente le doy importancia a lo que hemos conseguido, pero no dejo que se me suba a la cabeza. Ella me mantiene con los pies en el suelo. Ser madre te enseña a medir todo lo que te rodea de una manera diferente».
La vida de Cata Tenorio cambió radicalmente en 2009, cuando decidió «que quería ser madre. Fue algo muy meditado, porque yo necesito practicar deporte y tuve que estar un año sin competir». Eso no significa que esta mujer, como otras muchas deportistas de élite, abandonara totalmente la práctica deportiva por su embarazo: «Consulté con la ginecóloga y tras valorar mi caso, me permitió continuar con un entrenamiento específico».
Lo más duro vino después, cuando tras un año dedicada en cuerpo y alma a su hija, Cata Tenorio decidió que era el momento de volver a la competición. «Yo tenía mucho miedo a la depresión post-parto de la que tanto oyes hablar. Cuando nace tu hijo toda tu vida cambia y es complicado recuperar lo que tenías antes».
A los seis meses, Valentina comenzó a ir a la guardería y Cata Tenorio recuperó, poco a poco, su rutina en el club. «No habría sido posible sin los patrocinadores que me permitieron dedicarle mucho tiempo a Valentina». Y sin el padre, casado con Cata Tenorio desde 1998 y una de las piezas clave en el regreso de Cata a la alta competición. «Cuando tengo competición estoy tranquila porque sé que Valentina está con su padre. Eso hace que pueda concentrarme mejor en el partido».
Y esa calma que le llega desde la grada la ha convertido en una campeona con muchas aspiraciones para el 2015. «Ahora nos queda pelear por ganar el Master y seguir entrenando para el año que viene poder vernos las caras con la gente que lleva más tiempo junta». Seguro que Valentina seguirá viendo a su madre desde la grada.
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