Tendremos en Argentina la gran final soñada. Los aficionados se frotan las manos ante lo que está por venir este domingo con un partido espectacular. Eso sí, las dos parejas contendientes han llegado por dos caminos totalmente opuestos.
Los números 1, en parte mermados debido a que Arturo Coello está sufriendo un proceso vírico estos días, supieron aclimatarse a las complicaciones que Miguel Yanguas y Javi Garrido les provocaron.
El vallisoletano y Agustín Tapia lograban el billete para su séptima final del curso tras dejar fuera a los dos españoles, contra quienes se han visto en los últimos cuatro torneos y que en esta ocasión les provocaron unos cuantos problemas y eso que iniciaron la contienda con un 3-0 más que claro que, sin embargo, en cuanto empezaron a coger velocidad Garrido y Yanguas, les dio la oportunidad de incluso igualar.
No lo conseguían cuando tenían su saque para el 3-3 y eso permitió que Ale y Agus volvieran a encadenar otros tres juegos seguidos y pusieran cerco a la primera manga (6-3).
Llegaría un segundo set fabuloso con los cuatro a un altísimo nivel; no se arrugarían Miguel y Javi ante su desventaja y pelearon de tú a tú, encontraron el premio del desempate y, posteriormente, el del set, pues fueron capaces de frenar las acometidas del dueto hispanoargentino y desplegar un juego rápido y efectivo que les dio el empate (6-7).
Choque de fuerzas en el segundo, batalla campal que permitía ver el mejor juego de Yanguas y Garrido y que les daría un break que les pondría por delante (1-2). Ese momento envalentonó a Coello y Tapia, haciendo que mordieran más que nunca y que volvieran a cambiar el ritmo para venirse arriba y, de nuevo, encadenar varios juegos seguidos, ahora cinco, culminando así su ascensión (6-3, 6-7 y 6-2).
Quienes se mostraron totalmente autoritarios fueron Ale Galán y Fede Chingotto. Lejos de desarrollarse un partido igualado por lo cercano de ambas parejas en el ranking, dominaron con autoridad total, ofreciendo una puesta en escena de las mejores que se les recuerdan (y mira que han jugado casi siempre aun nivel muy alto).
Maniataron y atropellaron a Franco Stupaczuk y Martín Di Nenno, sin fórmula contra el veneno que llegaba desde el otro lado de la red, sin poder ser la kryptonita que al menos intentase forzar la máquina de los nº2 y hacer que cometieran algún error. Nada.
Ni en el primer set ni en el segundo encontraron la inspiración ni la luz y solo pudieron asistir en primera persona al despliegue de Galán y Chingotto, firmantes de un soberbio 6-3 y 6-3.
Otra final en la que veremos a las dos mejores parejas del ranking. Otro duelo en la cumbre para alegrar a Mar del Plata con dos españoles y dos locales repartidos y mezclados. Gane quien gane, la hinchada tendrá un representante al que aplaudir.
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