Otro torneo más y otro triunfo que se llevan a las vitrinas Bea González y Delfi Brea. Tras un comienzo de temporada algo dubitativo y sin las sensaciones con las que acabaron 2023, han cogido ritmo. Sus revoluciones son ahora mismo las más altas del circuito femenino y en Asunción lo han demostrado.
Cuarto título seguido para ellas, instaladas en la excelencia y arañando cada vez más puntos a la única pareja que les supera en el ranking; la distancia es todavía amplia, pero poco a poco se reduce gracias a su trabajo y sus éxitos.
En la final de Asunción se medían a Gemma Triay y Claudia Fernández, precisamente las verdugas de sus grandes oponentes, Ari Sánchez y Paula Josemaría, un duelo que parece que en el físico les pesó, porque no salieron con la misma chispa que en semifinales, acusando las tres horas de partido que llevaban en las piernas.
Buscaban en su tercera final Gemma y Claudia su primer título, pero Paraguay tampoco va a ser su lugar para estrenarse, toda vez que (especialmente en el primer set) fueron muy a remolque, acumulando demasiados errores con su servicio. De hecho, en la manga inicial, Delfi y Bea sumaron hasta 11 oportunidades de break, muestra de la diferencia de intensidad y empuje que hubo.
Como decimos, mucha diferencia, que se trasladó al marcador, en el que Brea y González se manejaron con soltura y se permitieron el lujo en ocasiones de no acribillar demasiado y jugar más tranquilas, guardando físico, dado que la ventaja era lo suficientemente amplia (6-3).
Todo cambiaría en el segundo, pues Triay y Fernández, sabiendo ya lo que tenían enfrente, no quisieron sestear más y decidieron lanzarse a tumba abierta, a por el todo o nada. Ahora las fuerzas se igualaban y el partido entraba en unos minutos de locura, sin control alguno, pues ninguna de las cuatro lograba asentarse con el servicio y las opciones de break iban y venían, vuelo constante (15 si sumamos las que tuvieron ambas parejas), y en ese intercambio ninguna saldría victoriosa.
Ya en el tramo final, las chicas de Rodri Ovide encontraron algo más de sintonía y fueron capaces de realizar su particular amenaza del partido, poniéndose por delante por vez primera, algo que solo sirvió para que Brea y González encendieran el »modo destructor» y con tres juegos seguidos apagaran el atrevimiento rival (6-3 y 7-5).
Están en forma, tienen recursos para jugar en todo tipo de pista, físicamente están uno o dos pasos por encima del resto y, además, se divierten y ganan. Lo tienen todo para seguir acortando diferencias con las de arriba y, sobre todo, para seguir llenando sus vitrinas.