Todos aquellos que esperaban en Asunción una final entre las dos mejores aprejas del ranking se van a quedar con las ganas, porque en la misma se han colado dos invitadas de lujo que, quizá algo alejadas de los focos y sin llamar mucho la atención, están obteniendo unos resultados magníficos y están subiendo el nivel en cada una de sus apariciones.
Por su parte, Bea González y Delfi Brea aprovecharon su excelente momento para arrollar de entrada a Martita Ortega y Vero Virseda. Aprovechando que las nº1 estaban fuera de la ecuación y que por ende podían arañarles más ventaja en el ranking, no dudaron en monopolizar el juego y sacar a relucir todo su poderío ofensivo.
La andaluza y la argentina imprimieron un ritmo de acometidas tremendo y desatadas, fueron en busca de su decimoquinta victoria consecutiva, empezando con un break y un sobresaliente 0-3 inicial; después recuperarían el paso muy ligeramente Martita y Vero, pero no terminaron de encontrar un ritmo que causara problemas a las de Jorge Martínez y su reacción quedó suspendida (2-6).
En la continuación, sin embargo, sí que mejoraron sus prestaciones y encontraron más oportunidades gracias al físico supremo de Virseda y al mejor control que empezó a imprimir su compañera madrileña, poniéndose con un 4-1 en el luminoso y generando no solo alguna duda, sino empezando a aromatizar de tercer set la eliminatoria. Sin embargo, ni Delfi ni Bea son de las que bajen los brazos y cuando todo parecía perdido, resurgieron con cuatro juegos seguidos (4-5) para luego anotarse otros dos más y en su despegue, terminar con las aspiraciones fabricadas por Ortega y Virseda (2-6 y 5-7).
Tercera ocasión en la que Gemma Triay y Claudia Fernández se veían con Ari Sánchez y Paula Josemaría, día de desempate, pues había caído un partido para cada lado. Con el pase a la final en juego, rugieron con casi tres horas de partido y dos primeras mangas en las que los breaks estuvieron a la orden del día; prácticamente nadie era capaz de asegurar su saque en la primera (siete oportunidades para cada pareja, con tres en el bolsillo para las nº1 y cuatro para Gemma y Claudia) ni en la segunda (hasta 10 ocasiones tuvieron de hacer un break Ari y Paula, obteniendo únicamente dos de ellas).
La pareja que consiguiera más regularidad iba a tener mucho ganado y en esa fórmula encontrarían antes el paso Triay y Fernández, llegando mejor de ideas al tramo final y rompiendo cuando el partido estaba en un constante ir y venir pero sin que nadie se atreviese a dar el paso definitivo por más miedo a fallar que a acertar (5-7).
Las números 1 saldrían mentalizadas en el segundo set de que un cambio era necesario y que dependía de ellas mismas el poder ganar; así, ofrecían un 4-1 que hubiese sido definitivo en cualquier otro momento pero que con el estado de forma de Triay y Fernández no lo fue para nada, llegando a empatar (4-4) pero sin culminar su obra, lo que devolvería la iniciativa a Ari y Paula para poner el 6-4 y alargar la estancia en pista.
Sin demasiadas ideas claras y más por inercia y calidad que por continuidad en sus acciones, Josemaría y Sánchez seguían provocando dudas en Gemma y Claudia, las cuales solventaban golpeando con insistencia y, en el caso de esta última, ofreciendo una madurez impropia de su edad. Cómo se echó la responsabilidad a las espaldas.
Con el paso más rápido y potente, las de Rodri Ovide tomaban la delantera y obligaban a que Ari y Paula tuviesen que acelerar para igualarles, lo que provocó más errores en la estadística de la cuenta y con ellos la imposibilidad de recuperar lo perdido al 100%. Saque con 5-4 para Triay y Fernández que terminó con seis bolas de partido para ellas, cinco salvadas por las nº1 pero la última, la definitiva, terminó cayendo en el zurrón (5-7, 6-4 y 4-6).