Dos semifinales que siguieron la misma fórmula, que mantuvieron un denominador común y que, a la postre, nos han dejado la final esperada, la de las dos parejas más en forma en la actualidad. Los líderes y los que vienen apretando, la realidad contra la posible propuesta.
Arturo Coello y Agustín Tapia ganarían en un ejercicio de resistencia y mejoría brutal a Paquito Navarro y Juan Lebrón. Su comienzo fue nefasto, con muy malas sensaciones, y dominados por una pareja que precisamente no suele empezar ni acertada ni metida en revoluciones.
Con muchos problemas de regularidad y metidos en una dinámica nada positiva, Tapia y Coello acumulaban errores con su servicio al tiempo que los dos andaluces convertían en punto prácticamente todo lo que tocaban. Acertados, desatados y con un juego fluido y cautivador, consiguieron un cómo 2-6 para iniciar la eliminatoria.
Sin embargo, la vuelta de los banquillos trajo consigo la tormenta perfecta por parte de los nº1, mostrando una adaptación magnífica a la lentitud de la pista que minutos antes tanto les había perjudicado; estuvieron pletóricos, especialmente Coello, barriendo y eliminando toda oposición al empate, ofreciendo un 6-0 inapelable.
Apuesta total en el tercero con mucha igualdad hasta que se pasó el ecuador, consiguiendo en ese momento Paquito y Lebrón dos opciones de break y de partido al paso por el décimo juego, pero sin aprovechar ninguna, y cuando le das vida a los nº1, lo acabas pagando. Arturo y Agustín se hacían con el siguiente juego y sentenciaban el encuentro. Juego, set y partido para pasar a la final con un 2-6, 6-0 y 7-5.
La segunda semifinal siguió los mismos derroteros pero con otros protagonistas. Franco Stupaczuk y Martín Di Nenno contra Fede Chingotto y Ale Galán, una pareja que necesita llegar a una final y ganarla y otra que está en un estado de forma y resultados excelsos y que se está perfilando como gran alternativa.
Los ‘Súper Pibes’ querían la venganza de la final de Sevilla y empezaron con toda la carne en el asador para consumarla; una puesta en escena magnífica, desarticulando el juego fluido e incisivo que suelen realizar el madrileño y el argentino. Excesivamente maniatados, no lograban adentrarse en el entramado defensivo de Franco y Martín, quienes a base de insistencia cogían ventaja y enfilaban la semifinal con paso seguro (6-3).
La esperada y necesaria respuesta de ‘Chingalán’ no se hizo esperar; el físico de Galán empezó a marcar las diferencias y Chingotto pudo, gracias a eso, entrar con sus registros habituales y elaborar mejor el juego, alterando el ritmo pausado de Stupa y Di Nenno y creando huecos en todos los lados. Una mejor puesta en escena (2-6) empataría el partido y lo llevaría a una nueva dimensión.
Siguió su recital en el tercero, arrancando con un 0-3 Galán y Chingotto y sentenciando ya la eliminatoria. No hubo opción para Stupa y Di Nenno en ningún momento, estando demasiado perdidos y volviendo a ceder con otro 2-6. Otro torneo y de nuevo a las puertas de la final, otra oportunidad perdida para ellos.
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