Los cuartos de final de este Asunción P2 subieron el listón de dificultad, pasando del modo fácil al modo supervivencia; una subida que no a todas pilló sobreaviso y que algunas sufrieron bastante más de la cuenta.
Sin embargo, lo positivo es que ganó el espectáculo y que quedó demostrado que la parte más alta del ranking, aun con obstáculos, sabe desenvolverse a la perfección cuando las aguas bajan turbulentas.
Que se lo digan a Bea González y Delfi Brea, quienes se las prometían muy felices ante Sofia Araújo y Virginia Riera tras darles una bienvenida a golpe de puño, gancho directo a la mandíbula para hacerles trastabillar y dudar, convirtiendo casi cada bola en acierto y punto, y el punto en juego, y el juego en break, para poenrse con un 6-1 en un visto y no visto.
La reacción de la argentina y la portuguesa, lejos de tardar en producirse, fue espontánea a la par que espectacular, dándoles de su propia medicina y a golpe de rotura (tuvieron cuatro opciones y confirmaron dos de ellas) encauzaron el choque rápidamente para dejarlo todo como al principio cuando se había superado la hora y media de encuentro (1-6).
Quedaba la guinda del pastel y en ella se pudo por fin ver la pelea que hasta entonces no había habido, y eso que Bea y Delfi iniciaron este tercer parcial con un 3-0. Las dos parejas derrocharon energía y malas intenciones hacia las rivales, golpeando y recibiendo, lamiéndose las heridas y causando daño a partes iguales, subiendo la intensidad y los juegos sin descanso hasta que se dieron una pequeña tregua para firmar de mutuo acuerdo el tie break. Allí, Delfi y Bea serían más codiciosas y su insistencia tendría el premio de la victoria final (6-1, 1-6 y 7-6).
Ari Sánchez y Paula Josemaría, sin el paseo militar de otras ocasiones pero también con un gran manejo de los tiempos, no permitieron que Marina Guinart y Araceli Martínez se pensaran que podían derrotarles y meterse en semis. Las nº1 picaron la piedra necesaria hasta que el juego empezó a brillar y a darles el resultado que querían: amplitud en el marcador.
Dos sets y cuatro roturas mediante les bastaría para escribir el 6-3 y 6-4.
El asunto se enredaría algo más para Gemma Triay y Claudia Fernández, dado que Patty Llaguno y Lucía Sainz utilizaron todas las armas de que disponían para provocar un juego intermitente en el que no dominasen a placer. Un choque de ida y vuelta que tuvo momentos de muy bella factura y que tendría como jueza a la rotura de servicio.
El primer parcial se definiría con sutileza en el desempate y en el segundo, aunque no llegó, fue un servicio y un break lo que desniveló la balanza en este partido de nervios de acero, en el que Fernández demostró una vez más su madurez mental y su capacidad para gestionar situaciones de partido muy complicadas (7-6 y 6-4).
Finalizaría la ronda de cuartos con Martita Ortega y Vero Virseda consiguiendo una victoria importante por lo anímico y por lo que se refiere a la tabla ante la pareja que viene justo tras ellas; Jessica Castelló y Claudia Jensen tenían una gran oportunidad de superar a la dupla nº5 y acercarse en el ranking y aunque pusieron todo lo que tenían al servicio de una posible victoria, no terminó de llegar.
Un duelo de mucho control en el primer tramo, ese en el que Ortega es una especialista y que le valió para adelantarse junto a su compañera y poner así unas bases sólidas para la locura en que se convirtió el segundo. Muchas más posibilidades de romper, con las sacadoras sufriendo (seis opciones de break para cada pareja) y no sabiendo quién tomaba las riendas hasta el final, siendo mayor el paso de Ortega y Virseda para cerrar la contienda y completar las semis (6-4 y 7-5).
Unas semifinales que enfrentarán a Martita Ortega y Vero Virseda con Delfi Brea y Bea González y a Gemma Triay y Claudia Fernández con Paula Josemaria y Ari Sánchez.
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