Era este partido, sin ninguna duda, la final anticipada. Cualquier a quien se preguntase te pedía que este duelo pasase a ser el domingo, el de la despedida del circuito, porque merecía un escenario más especial, el de la pelea por el metal.
Sin embargo, la suerte del sorteo lo había querido así y aunque habían obtenido resultado positivo en su primera comparecencia en el Palau, las sensaciones habían sido muy diferentes.
Unas con dudas, dejando claro que la temporada se les estaba atragantando, haciendo muy cuesta arriba, y las otras en cambio, con el motor a pleno rendimiento. Pero en este tipo de partidos nada de eso cuenta, solo el aquí y ahora.
Y aquí y ahora, en las semis, Ari Sánchez y Paula Josemaría por un lado y Bea González y Delfi Brea por el otro, las cuatro presentaban sus mejores galas para deleitar, para ganar pero también para dar un serio aviso y dejar claro que los títulos pasados y el ranking no importaban, que había que pelear en el presente.
Así las cosas, la primera manga discurrió por el cauce de la paridad más absoluta, pasando el ecuador del mismo sin diferencias y terminando con suspense, pues con 5-6 a favor de Bea y Delfi llegaba un punto de oro; Delfi pide el resto con todas las opciones abiertas para cerrar el parcial, pero Paula lo termina definiendo con un remate al que Bea no llega. Turno para el juicio del tie break.
Allí, tras unos intercambios iniciales (1-0, 1-1, 2-1, 2-2), las líderes de la tabla tomaron ligeramente el mando (4-2) pero no fueron capaces de hacer valer su supremacía y descubrieron que Brea y González todavía tenían muchas vidas y que sabían usarlas; se recuperaron y pasaron al ataque para acabar llevándose la muerte súbita por 5-7 (6-7).
Cambió la tendencia en el segundo totalmente pues, obligadas a apretar y a mejorar su regularidad, Sánchez y Josemaría se echaron el partido a las espaldas y empezaron a encontrar mejores sensaciones, tocando más bola y viendo mejor los espacios. Se acoplaron algo mejor y con más ritmo en su juego, empezaron a construir.
El armazón de su juego mejoró y eso les dio breaks tempraneros, empezando una gran escalada que les llevó rápidamente al 2-1, 3-1, 4-1 y tras unos breves intercambios de puntos, el 6-3 que mandaba todo a la resolución del tercer set.
Todo lo hecho hasta el momento no valía de nada; había que resetear la mente y darle frescura a las piernas, algo complicado a estas alturas de la temporada, especialmente en el caso de una Ari y una Paula que llegan algo justas, pero la ocasión lo merecía.
La dinámica volvió a cambiar, locura en esto del pádel, y la inercia pasó al bando de las nº2, público en contra pero garra a favor, consiguiendo levantar el vuelo que les faltó en el anterior tramo.
Jorge Martínez desde el banquillo agitó el avispero para despertar el instinto de sus chicas, que mordieron como nunca, poniendo margen a sus espaldas (0-1, 0-2, 0-3, 0-4). Ari y Paula no podían, estaban sin ideas, sin pólvora, sin gasolina en el tanque, más corazón que cabeza, receta con la que acortaron un poco la desventaja utilizando el punto de oro (2-4).
Pero Bea y Delfi querían más, era su momento, lo sabían y lo aprovecharon; otro juego al zurrón (2-5) y tensión total. Un final digno del gran partido que habían disputado las cuatro, con nervios a flor de piel que, merced a un error de Paula con el revés, dando la bola en la red, caía del lado de la pareja nº2.
Triunfo por 6-7, 6-3 y 2-6 que les mete en la final y despide, entre abrazos, a la heroína local, Ari Sánchez, quien no podrá reinar en casa. Siguen de dulce en el tramo final de 2023 la »perla del Palo» y la bonaerense.