Partido de alto voltaje, de juego rápido y movimiento de piernas preciso. Cuatro torrentes de pádel en el negro 20×10 de la central. Ale Galán y Juan Lebrón contra Jon Sanz y ‘Coki’ Nieto.
Los primeros, además, venían claramente con la flecha hacia arriba como se suele decir gracias a su final de temporada, fantástico y a mucho mejor nivel que el resto del año (por motivos obvios), encontrando la intensidad y el acierto que parecía perdido.
Un duelo que empezó igualado (1-1) pero que Galán y Lebrón, animales en esto del pádel, regulares hasta la saciedad, empezaron a decantar ya en el tercer juego (2-1), cuando decidieron tomar ventaja y demostrar su favoritismo. Un partido de levantarse del asiento y aplaudir, de disfrutar de este deporte.
El madrileño y el gaditano, como decimos, irían poco a poco arrancando hojas al árbol del primer set, primero lentamente y al final, ya sin piedad, consiguiendo anotárselo con un 6-3.
Vuelta al dominio en los compases iniciales del segundo, con ‘Coki’ y Jon aprovechándose de la extrañamente retrasada posición de Lebrón en la pista, jugando escalonado con su compañero y preocupándose de controlar los espacios a la espalda de Ale.
Se sintieron cómodos con esa variante táctica Nieto y Sanz y aprovecharon para aliarse con el público, encandilarlo y levantarlo, sobre todo la efervescencia del navarro con puntos como el logrado en el tercer juego del segundo set, saliendo de pista, recuperando una bola imposible y terminándolo en el otro lado varios golpes después con un salto milimetrado para tocar con sutileza un remate de Galán que ya se cantaba como punto del madrileño.
Llegaron a estar 0-2 y luego 1-4 para concluir más rápido de lo esperado este segundo envite consiguiendo empequeñecer el excelente trabajo de Galán y Lebrón, más desdibujados y grises en este tramo (2-6).
Con la energía por las nubes y las pulsaciones incluso más arriba, ambos binomios empezaron acelerados pero con un juego de tiralíneas el tercer y definitivo capítulo. Un capítulo en el que irían de la mano (1-0, 1-1, 2-1, 2-2…) y que viviría nuevamente puntos de oro (una constante durante todo el choque hasta alcanzar un total de 12). Pasaría el ecuador y justo en ese momento romperían Jon y Coki la cadencia para ponerse por delante 3-4 y ampliar justo después con su servicio (3-5).
Lo tenían todo a favor, mejor juego, mejores sensaciones, algo más de ritmo…pero no contaban con la esencia de los nº1, con ese instinto que solo algunos poseen y que te permite, cuando tienes las cosas en contra, sacar raza y ver jugadas que otros no y en esa receta, Lebrón fue sublime.
Empezó a encontrar huecos, a hilvanar con acierto y Galán se le unió con la potencia de su remate, pasando a la acción para despertar del sueño al madrileño y al navarro. Igualaron a 5 y se aseguraron como mínimo el tie break con un punto de oro (6-5).
En el decimosegundo juego, vida o muerte, derrota o gloria, Lebrón y Galán se lo llevaban con un remate en paralelo de Galán que sale y al que no llega Jon tras rebotar la pelota en la parte metálica superior de la pista e irse lejos de su alcance.
A veces la vida y en este caso el deporte es cruel. Lo tenían todo a favor para la machada y lo terminaron perdiendo (6-3, 2-6 y 7-5).