No tendrá la prueba de Menorca la final esperada entre los nº1 y los nº2, pareja sobre todo esta que llegaba en un momento extraordinario y que estaba con la flechita hacia arriba. A nivel de juego y también mental, los ‘Súper Pibes’ estaban quizá en su mejor momento de la temporada pero se encontraron en la isla con una pareja resurgida de las cenizas.
Agustín Tapia y Arturo Coello, esta vez sí, escribían el guion que tanto se les estaba resistiendo, el del dominio y la contundencia.
Ante una de las parejas quizá más rocosas de la parte alta, una que te obliga siempre a una bola más y a no descuidarte, la formada por Paquito Navarro y Fede Chingotto, lograron sacar su versión más rutilante y efectiva.
Dejaron a su compañero el sufrimiento en el hotel y se dedicaron, una vez que entraron en la pista, a maniatar con tiros de todos los estilos (pero siempre con potencia) a Fede y Paquito, quienes se quedaron lejos de su versión de otros días y de poder pelearles algo.
Con un 6-3 y 6-3 se metían de lleno en la final y esperaban rivales mostrando una importante mejoría.
Después llegaría un duelo estratosférico entre unos que buscaban seguir recuperando sensaciones y andar lo desandado durante tantos meses y otros que miran ya directamente hacia arriba. Ale Galán y Juan Lebrón ante Franco Stupaczuk y Martín Di Nenno, las dos parejas llamadas este año a pelear por todo hasta que se colaron los ‘Golden Boys’ por el medio y llegaron las lesiones en el bando español.
El comienzo, en esta ocasión, fue para Galán y Lebrón con un arranque a todo meter, velocidad de crucero para poner tierra de por medio y enseñarles a los argentinos todos sus recursos, todo su potencial. Y los mostraron a base de golpes constantes, de pelear y pelear y no dar señales de agotamiento, atacando siempre y consiguiendo mucha ventaja en el set (6-1).
Reaccionaron Stupa y Di Nenno por medio de la arenga de su entrenador, Carlos Pozzoni, quien les pedía activación y meterse en la pelea, sacando su versión más combativa, esa que siempre aparece cuando van por debajo y resurgen; lo consiguieron en parte pues los registros se igualaron bastante tras remontar un 2-0 en contra.
El choque siguió empatado entonces hasta que, en el decimoprimer juego, Ale y Juan volvieron a meterle un punto más de intensidad al juego, obteniendo como premio un break para romper la resistencia de los argentinos. Juego, set, partido y enorme y merecido pase a la final (6-1 y 7-5).
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