Tendrán los aficionados locales a una representante en la gran final. Era lo que querían, tanto ellos como ella, Gemma Triay, quien peleará ante su gente por el título de campeona, algo que será muy especial para ella.
Porque este título, el de Menorca, significará el último título en juego en España antes de partir hacia el extranjero, una despedida por todo lo alto (antes de volver obviamente a final de año de cara al Master Final) de una ciudad y unos seguidores que ya no vivirán de cerca otra prueba (a priori) el año próximo.
Cargaron Ari Sánchez y Paula Josemaría el motor de su locomotora de carbón y lo pusieron a toda máquina, revoluciones máximas, para no frenarse nada más que con la última bola, el último punto.
Un nuevo partido de las números 1 en el que exhiben músculo y pegada, contundencia y carácter resolutivo, valores que han ido adquiriendo con el paso del año, de los torneos y del goteo constante de títulos. Se han ido armando hasta conseguir un arsenal muy efectivo que no deja títere con cabeza.
Esta vez les tocó sufrir su estado de forma a Aranza Osoro y Jessica Castelló, pareja que venía haciéndolo muy bien el torneo ganando incluso a Alejandra Salazar y Sofia Araújo pero que en esta ocasión no pudo con la subida de nivel.
Porque Ari y paula demostraban estar uno o varios niveles por encima del resto y con un paso fugaz por el partido (6-2 y 6-0), abrían de par en par las puertas de la final.
La semifinal de por la tarde tenía más peso e igualdad en el ranking y, por lo tanto, se esperaba un duelo más igualado en los registros. Se medían Delfi Brea y Bea González buscando recuperar su presencia en los domingos con Gemma Triay y Martita Ortega, estas queriendo mantener su segunda plaza en la clasificación.
Así arrancaron las hostilidades pero pronto cogieron más ritmo y mayor capacidad de dominio Ortega y Triay, haciéndose fuertes y pegando un acelerón tremendo a partir del 2-2. No uno, sino dos breaks seguidos a su favor y cuatro juegos seguidos les permitieron abrir una brecha más que considerable en el marcador (2-6).
Serían, sin embargo, Delfi y Bea las que en la segunda manga arrancarían como un tiro, haciendo todo bien y cogiendo un margen bastante amplio (4-1) que en cualquier otro caso hubiese sido definitivo, pero no ante una Martita y una Gemma que, actuando como locales gracias a esta última, contaban con el inestimable apoyo de una grada entregada que, a base de aplausos, gritos y vítores, les llevó en volandas.
Se agarraron no se sabe a qué pero lograron empatar (4-4) y seguir sumando sin detenerse a base de latigazos constantes. Con su saque cerrarían el encuentro impidiendo la llegada del tie break (2-6 y 5-7) y consiguiendo que una jugadora local pueda aspirar a reinar en casa.
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