Las dos semifinales del cuadro femenino de París tenían la oportunidad de regalarnos, por un lado, o bien una final entre excompañeras con alguna que otra cuenta pendiente, lo que para el espectador hubiese supuesto un aliciente extra o bien, rizando el rizo, un duelo inédito entre dos parejas que han conectado a la perfección desde que se ha unido, lo que hubiese resultado para el deporte en sí un capítulo precioso en su historia.
Al final, ni un argumento ni otro se llegó a dar y las cuatro aspirantes se quedaron por el camino a un único paso, cediendo el protagonismo al ranking, que nos ofrecerá un choque entre las dos mejores parejas de la actualidad.
Se medían en la primera semifinal Jessica Castelló y Aranza Osoro ante Gemma Triay y Martita Ortega, duelo de ilusión por un lado y confirmación total por el otro. Sin embargo, pese a la calidad de las cuatro, lo cierto es que fueron Triay y Ortega las que tomaron el mando del encuentro desde el inicio y no lo soltaron, sin dar prácticamente opción a una Castelló y una Osoro a las que se les notó, por un lado el cansancio acumulado y por el otro las alturas de la competición.
Lejos de su versión de otros días, la española y la argentina no plantaron la batalla que se les presuponía y con un 3-6 y 2-6 acabaron cayendo derrotadas en favor de Martita y Gemma.
Después llegaría un duelo fantástico que tuvo un inicio tremendo en cuanto a trabajo e intensidad y una remontada final sublime. Paula Josemaría y Ari Sánchez tenían que imponerse a Alejandra Salazar y Sofia Araújo y lo lograron, pero costándoles sudor y mucho correr por la pista.
Serían la portuguesa y la española las que dieron el primer zarpazo con una puesta en escena soberbia que les regaló dos breaks de margen y un primer parcial en el que cometieron muy pocos errores y en el que fueron capaces de mandar al cristal una y otra vez a Paula y Ari, sin permitirles salir a flote a través de sus constantes ataques, lo que se tradujo en un 3-6.
Su buen hacer continuaría en el segundo y a punto estuvieron de tocar la gloria, porque pasado el ecuador del set estaban por delante y en el tramo final llegaron a estar 4-5 y a solo dos puntos de partido, pero las nº1 demostraron su enorme resiliencia.
Con todo en contra, estando al borde del abismo, se recuperaron, o más bien una de ellas, Paulita, porque Ari estuvo sufriendo todo el partido y lo acabó incluso con calambres, pero la extremeña sacó su sonrisa y empezó el espectáculo; se echó el partido a las espaldas y dio un recital con el que mantuvo ella sola a raya a Salazar y Araújo, dando primero un mordisco al segundo set con tres juegos seguidos para empatar la eliminatoria y evitar el tie break (7-5) y después con una puesta en escena en el tercero en la que desarmó las pretensiones de Ale y Sofia.
Más cansadas tras el trabajo de días anteriores y sin la misma claridad de ideas al no poder frenar a Josemaría, las cabezas de serie nº4 se despedirían con todos los honores, consiguiendo el billete a la final Ari Sánchez (quien se fundía en un memorable abrazo con Ale en medio de la pista) y Paula Josemaría por 3-6, 7-5 y 6-2.
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