Se medían en la final femenina de Málaga cuatro grandes jugadoras, cuatro deportistas que saben lo que es tocar metal, si bien unas lo hacen últimamente de manera mucho más asidua que las otras.
Ari Sánchez y Paula Josemaría frente a Gemma Triay y Martita Ortega, pelea total tras arrasar en semifinales ambas parejas, por lo que las palas estaban en todo lo alto pese al favoritismo de las primeras. Nueve títulos esta temporada, carrera de fondo por ser las más laureadas durante un año completo (y van por muy buen camino).
Mejor inicio para Josemaría y Sánchez, más activas y acertadas en la toma de decisiones, lo que se tradujo en un break, ponerse por delante y tomar el timón del choque, pero sus oponentes consiguieron no dejarse ir y responder con celeridad (1-1); sin embargo, eso envalentonó más todavía a las chicas de Claudio Gilardoni, quienes pusieron la directa y se marcaron un final de set brutal, poniendo el 4-1 que se transformaría, tras un pequeño intercambio, en un 5-4 que puso algo de tensión al tramo final, donde Gemma Triay falló una bandeja rápida, enviando la pelota al cristal de fondo para conceder el primer parcial a las chicas de morado (6-4).
De nuevo veríamos igualdad, nervios y mucho trabajo en la central en la reanudación del partido y hasta el cuarto juego todo se mantuvo en un puño (2-2), pero de nuevo, un par de pasos adelante de Paula y Ari significaron la desbandada total, soltando a Triay y Ortega en la parte más dura del puerto con cuatro juegos seguidos por solo uno de las segundas cabezas de serie, terminando el choque Paula Josemaría con un enorme detalle de calidad, como ya hiciera para el 5-2 en el primero, una dejada sutil pegada a la red, inalcanzable para la carrera de la madrileña Ortega.
Resultado de 6-4 y 6-3 que sirve para que las nº1 salgan todavía más reforzadas, se vayan de vacaciones con 10 títulos bajo el brazo y, aunque superlativas, con la necesidad de descansar, cargar pilas y mejorar más si cabe ante el desafío de la segunda parte del año.
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