Una sesión, esta segunda parte de 1/16 en Valencia, de no solo uno, ni dos, sino hasta cuatro triunfos muy trabajados a pesar de las diferencias en el ranking.
La competición subió el nivel y dejaba cuatro choques (sobre todo tres de ellos), cerca o sobrepasando incluso las tres horas de juego y mucha tensión en la pista. Desde luego, no fue un día excesivamente tranquilo.
Arturo Coello y Agustín Tapia, en su vuelta al ruedo, se enfrentaron a Víctor Ruiz y Lucas Bergamini y en el primer set estuvieron muy sueltos, aclimatándose a la pista pero con una capacidad anotadora tremenda que imposibilitó que sus rivales les pusieran en problemas. Sin embargo, en el segundo vino la reacción del español y el brasileño y sí que, al menos, les forzaron el tie break, algo ya de por sí complicado, pero su resistencia acabó ahí pues no terminaron de empujar para ir un paso más allá y llegar al tercero (6-3 y 7-6).
Al igual que ocurrió en el cuadro femenino, el masculino vivió una retirada por lesión, aunque esta al comienzo del partido. ‘Coki’ Nieto y Juan Cruz Belluati asistían a la pronta despedida de Tino Libaak y Marc Quílez por una rotura en el gemelo de este último cuando el choque apenas iba 2-0. Ojalá se recupere pronto el jugador español. Luego llegaría otra, la de Javi Glez. Barahona, quien tuvo que despedirse junto a Javier García Mora en su choque frente a Ramiro Moyano y ‘Xisco’ Gil cuando este iba 7-6 y 1-2. Y es que el tema de las lesiones puede estar empezando a convertirse en el pan de cada día en los torneos, porque el estado físico de algunos, por no decir de muchos, pende de un hilo.
Tendríamos tres triunfos agónicos, tres dramas en la pista convertidos, además, en largometrajes, pues se dilataron (y mucho) en el tiempo. El primero lo protagonizaron Jairo José Bautista y Juan Martín Díaz con un triunfo basado en el aguante y el apretar de dientes ante Mario Ortega y Carlos Martí; un partido de sufrimiento constante en el que Mario y Carlos iniciaron mejor las hostilidades pero en el que la clase de JMD y el entusiasmo de Bautista acabaron por inclinar la balanza a su favor (3-6, 6-4 y 7-5).
Luego llegaría el turno de Iván Ramírez y Jaime Muñoz ante Miguel Yanguas y Fernando Belasteguín. Otro duelo de jóvenes contra un solo veterano, de experiencia contra juventud, poso contra electricidad. En esta ocasión no hubo remontada como tal pues golpearon primero y con cierto margen Bela y Yanguas (3-6) pero Iván y Jaime no entregaron el partido y quisieron responder, forzando en un gran segundo set el tie break para llevarlo todo al tercer y decisivo parcial. Ahí habría de nuevo mucha igualdad y goteo constante de puntos hasta que Yanguas y Belasteguín echaron el cerrojo y además consiguieron un break decisivo para hacerse con el pase a octavos (3-6, 7-6 y 4-7).
Por último, la épica acompañó también a Maxi Sánchez y ‘Lucho’ Capra ante Toni Bueno y Rafa Méndez. Otro partido agónico, de los de mantener la respiración en el que los argentinos tuvieron mucho mejor inicio gracias a un 6-3 claro que consiguieron pero que después mutó a dos muertes súbitas a las que se llegó tras tirarse de todo, defender lo imposible y no conseguir ninguno de los cuatro abrir brecha en el luminoso, pues si unos golpeaban los otros contestaban acto seguido. Así, con un 6-3, 6-7 y 7-6, Sánchez y Capra conseguirían llevarse la maratón y respirar aliviados.
Triunfo muy sencillo, al menos por lo que dictan los números, para Franco Stupaczuk y Martín Di Nenno en su duelo ante la veteranía de Agustín Gómez Silingo y Pablo Lima, pareja que debutaba de manera oficial. El argentino y el brasileño no terminaron de dar con la tecla y se vieron muy superados por los ‘Súper Pibes’, enchufadísimos con un 6-1 y 6-2.
Y para terminar, otro partido a tres sets para dos de los favoritos, Paquito Navarro y Fede Chingotto. En este caso, en dos de los parciales, hubo bastante más margen, tanto en el primero, en el que el andaluz y el argentino pasaron por encima de Álex Arroyo y Gonzalo Rubio, como en el tercero, en el que de nuevo, tras verse empatados a través de un tie break, sacaron su mejor versión y apenas cometieron errores no forzados, siendo dos metrónomos constantes de producción y acierto (6-3, 6-7 y 6-2).
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