Se anunciaba día grande de pádel en Valladolid con las semifinales masculinas pero todo quedó algo descafeinado, de hecho bastante, pues aunque una semifinal nos tuvo en vilo y nos ofreció un excelente argumento, la otra nos dejó con muchas ganas de emoción.
Empezaron el show en la Plaza Mayor de Valladolid Jon Sanz y Ale Galán ante Franco Stupaczuk y Martín Di Nenno, en busca unos de su primera final juntos y los otros en pos de continuar con su excelente rendimiento.
Con las gradas llenas y un ambiente cinco estrellas, todo comenzaría con los cuatro tanteándose en los compases iniciales, comprobando el estado de sus rivales para buscar posibles puntos débiles. Así llegarían hasta el ecuador del set, momento en que Sanz y Galán decidieron probar suerte a ver qué música sonaba y esta llegó muy bien entonada. Una serenata casi perfecta que les permitió coger varias roturas de distancia y hacerse con la primera manga por 6-2.
Entonces llegaría la reacción, primero tímida y luego descontrolada, de los argentinos. Iniciaron las hostilidades en el segundo parcial con un break, presagio de la tormenta que estaba por llegar y aunque no consiguieron ampliarla más su ventaja, tampoco la perdieron, no al menos hasta el paso por el octavo juego, cuando Galán y Sanz encontrarían la manera de empatar (4-4), pero volverían a responder con contundencia Stupa y Di Nenno y con otro ataque desde el resto, se hacían con la ventaja definitiva (4-6).
Y después, esta vez sí, los rayos y truenos, la estampida total de los chicos de Carlos Pozzoni que, con su mejor imagen en el 20×10, fueron amos y señores de la pista, excelso su trabajo y su goteo constante de puntos, rompiendo la igualdad que se había visto hasta el momento y obteniendo la remontada que les llevaba a la final (6-2, 4-6 y 1-6).
La otra semifinal, la de Arturo Coello y Agustín Tapia contra Javi Garrido y Lucas Campagnolo, sin duda la pareja revelación de este torneo en el cuadro masculino, no llegó siquiera a disputarse.
Una pena para todos los aficionados y para el propio pádel, pues Lucas y Javi, tal y como venían jugando, podrían haberles puesto en muchos aprietos, pero el brasileño no estaba en condiciones de jugar.
Otra lesión más que se suma a una lista demasiado larga, culpa del calendario, la mala planificación y la excesiva exigencia.
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