Hay ocasiones en las que el pádel regala momentos increíbles y que una pareja, cuando no se cuenta con ella ni aparece en las quinielas, emerge, no se sabe por qué, e ilusiona. Valladolid está siendo, sin lugar a dudas, el terreno propicio para que dos jóvenes jugadoras, de juego alegre e ilusión sin límites, enamoren a propios y extraños.
Convendría anotar sus nombres, porque partiendo desde las previas están haciendo historia y no quieren despertar. Alejandra Alonso y Andrea Ustero se han ganado el derecho a seguir soñando con mejorar la hazaña.
Esta vez sí les tocó apretar los dientes, respirar hondo y no relajarse ni un solo minuto a las números 1, Paula Josemaría y Ari Sánchez. No les dejaron Mari Carmen Villalba y Esther Carnicero, en una fenomenal actuación de ambas, imprimir su habitual ritmo de demolición, aferrándose al partido constantemente y no dejando que lograran el habitual botín de breaks con el que suelen hacerse.
A pesar de los breaks iniciales (hasta cuatro), ninguna pareja se descompuso, llegando igualadas al sexto juego, pero entonces el ranking hizo de las suyas y condicionó el final del parcial, dándoles dos juegos a la extremeña y la catalana (7-5). Igual sería el segundo, con Sánchez y Josemaría adelantándose pero viendo cómo las rivales les igualaban; sin embargo, otro intercambio de breaks y contrabreaks volvería a poner a las favoritas por delante con la mínima ventaja para cerrar el duelo (7-5 y 6-4) y pasar con apuros a cuartos.
Muy fácil lo tuvieron, al menos en lo que refleja el marcador, Lucía Sainz y Aranza Osoro. Un resultado muy, muy amplio, un 6-1 y 6-2, significó que Lucía Martínez y Carmen Goenaga se despidieran del torneo no pudiendo luchar durante el encuentro, mientras que Sainz y Osoro obtuvieron el mismo resultado que en su debut en Valladolid.
Amplitud también para Virginia Riera y Tamara Icardo, imponiéndose por 6-1 y 6-3 a Sofía Saiz y Eli Amatriain así como para las revelaciones del torneo. Alejandra Alonso y Andrea Ustero parece que están en su hábitat particular, en su clímax, durante este torneo y se han encargado de recibir, por méritos propios, la nomenclatura de pareja revelación.
La vallisoletana y la barcelonesa llegaron al cuadro final desde previa, arrollaron a Marta Talaván y Lorena Rufo (6-2 y 6-4) y en esta ocasión, ante Mapi y Majo Sánchez Alayeto, su desenvoltura en pista fue incluso mejor. No se arrugaron en absoluto ante unas ex números 1, una pareja que aunque no vive en su gloria del pasado, siempre es muy peligrosa.
Locura total en los compases iniciales, con supremacía siempre de la pareja que estaba al resto (cinco juegos y cuatro breaks) y en esa locura, aunque salieron igualadas, empezaron a reinar las »matagigantes». Alejandra y Andrea romperían en el séptimo juego para ya no ceder en ningún momento y demarrar a las gemelas en la ascensión (6-3).
Tras dar el primer golpe, Alonso y Ustero buscaron la puntilla y no bajaron la intensidad ni el acierto. Esta vez incluso tuvieron menos errores y, nada más empezar, conseguían otro break. Aunque Mapi y Majo fueron capaces de recuperarlo, desde ese 1-1 la local y la catalana metieron la directa, punto tras punto y juego tras juego. Pádel total por su parte para obtener un enorme 6-3 y 6-1 y despedir a una pareja muy fuerte. Tercer cuadro final para las sorprendentes Ustero y Alonso y primeros cuartos de final con total merecimiento y con la primera convirtiéndose en la cuartofinalista más joven de la historia (16 años, un mes y 11 días).
Gemma Triay y Martita Ortega volvieron a vivir dos parciales opuestos, esta vez ante Alix Collombon y Victoria Iglesias, uno de superación constante y definición en el último suspiro (6-4) y otro de control total y hegemonía, aprovechando el primer golpe dado y sentenciando sin dejar un resquicio para la sublevación (6-1).
Y para terminar con los partidos, anotar primero la victoria de Vero Virseda y Claudia Jensen en su crecimiento conjunto como pareja, primero con cierto margen y luego con unos cuantos apuros, ante Nuria Vivancos y Carmen Castillón, quienes en los compases iniciales notaron el cansancio del día anterior pero luego se fueron encontrando poco a poco y creando cada vez más peligro, forzando incluso el tie break (6-3 y 7-6) y, posteriormente, el complicado choque que tuvieron que sortear Jessica Castelló y Sofia Araújo para seguir vivas.
Empezaron ligeramente mejor, aunque todas en un mar de dudas cada vez que sacaban, ante Teresa Navarro y Marina Martínez, que no fueron capaces de encontrar su sitio en el 20×10, sufriendo con su saque (tres breaks en contra) y viendo cómo las rivales manejaban la pelota a su antojo, obteniendo dos roturas de distancia (6-3).
Sin embargo, tirando de orgullo y pelea, Navarro y Martínez emergieron, cambiaron el chip y ofrecieron otra imagen, una que le permitió ser ellas las que daban el golpe en el segundo, obteniendo ahora la rotura para su beneficio (4-6) y obligando a que el tercero decidiera la suerte de las cuatro. Allí, serían Castelló y Araújo las que, con algo más de fuerza y repertorio y tras superar un nuevo intercambio de roturas en ambos lados de la red, consiguieran salir por delante en el octavo juego, poniendo así la puntilla a la eliminatoria (6-3, 4-6 y 6-4).
Los comentarios están cerrados.