Lo han conseguido, ya están aquí. Por méritos propios, Tamara Icardo y Virginia Riera acudían a Marbella con el simple objetivo de seguir mejorando, de intentar acercarse un poco más a la mejoría experimentada por las dos parejas que justamente tienen por delante en el ranking, y lo han cumplido con creces.
La valenciana y la argentina se han adaptado a las mil maravillas a la pista outdoor, al calor y al viento y ocurra lo que ocurra, para ellas el torneo ya es de sobresaliente. Una mejoría espectacular que les ha llevado a meterse en la final dejando fuera a otras dos ex números 1.
Ya lo hicieron en cuartos con Alejandra Salazar y Gemma Triay y ahora han repetido con Mapi y Majo Sánchez Alayeto, otras dos que pisaban una ronda de fin de semana tras mucho tiempo sin conseguirlo.
Dos parejas en clara línea ascendente que nos iban a proporcionar una semifinal de pádel radiante, tres horas y diez minutos de pelea y desgaste, sin dejarse llevar en ningún momento y con una parte final cinco estrellas.
Las hermanas empezaban como un auténtico tiro, juego impoluto sin apenas un solo error, acierto total para ponerse con 2-0 en el marcador, luego 3-0, 3-1, 4-1 y 5-1. Sólo en el cuarto juego podrían Icardo y Riera sumar en su casillero, demasiado poco ante una pareja que estaba prendida y que cerró el parcial con un 6-1.
El paso al frente que se esperaba del binomio hispanoargentino llegó en el segundo, siendo ahora ellas las que tomaban ligeramente la delantera con un 0-2. Un guante que recogían las Alayeto en forma de apretar de dientes e igualada (2-2) hasta que el final del set se convertiría en un ir y venir de breaks, locura en la que reinarían Virginia y Tamara con un 4-6.
Todo estaba por decidir y la batalla final, que se anunciaba brutal, respondió a las expectativas. Ambición por parte de las cuatro, ganas de ir siempre al choque y también juego cuidadoso debido al viento que, en los globos, hacía siempre de las suyas. Se abrían las hostilidades con un break en el primer juego para las de Zaragoza, pero les respondían desde el otro lado de la red con un contrabreak. La igualdad se mantendría hasta el último momento, hasta que el decimosegundo juego les llevó al tie break, donde la efervescencia de Tamara y Virginia fue mayor y les concedió premio, aunque por la mínima (6-1, 4-6 y 6-7).
Una remontada fastuosa que bien vale la primera final del curso para ellas, dejando con la miel en los labios a las mañas.
Antes de todo este largometraje, Ari Sánchez y Paula Josemaría habían dejado al principio del puerto a Martita Ortega y Sofia Araújo, haciendo el resto de la ascensión de semifinales totalmente solas. Llevan prácticamente todo el torneo sin despeinarse, salvo en un set que tuvieron que irse al desempate en octavos (ante Carla Mesa y Esther Carnicero) y en esta ocasión no fue distinto.
Ante la madrileña y la portuguesa volvieron a ser una máquina perfectamente engrasada, dos bolas de demolición que en ningún momento se vieron amenazadas y que se llevaron el partido con un cómodo 6-3 y 6-1.
Una nueva final para ellas, esta vez ante unas invitadas con las que no se contaba pero que esperan dar mucha guerra.
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