En el caso de los chicos, solo un partido por pareja tuvieron que enfrentar los jugadores. Una única eliminatoria que suponía decidir a las cuatro parejas que iban a llegar a los 1/16 de final.
Como resumen general, hay que decir que de los cuatro encuentros, solo uno vivió sin desfibrilador, mientras que el resto ofreció más taquicardias y finales, altibajos constantes, tres partidos que fueron tres montañas rusas.
Se saltó la regla general el de Martín Andornino y Pepe Aliaga ante Facundo Domínguez y Denis Perino, ganadores estos a la postre con un 3-6 y 4-6 que, como decimos, fue la única nota de tranquilidad de la sesión.
Al mismo tiempo, el otro trío en liza que resultaría ganador tocaría la misma sintonía, la de la remontada.
Primero fueron Mario Huete y Álvaro Cepero los que activaron la palanca de alarma pues, al igual que ya les ocurriera en la jornada del domingo, tuvieron que hacer frente a dos adversarios muy rocosos, en esta ocasión Miguel Ángel Solbes y Miguel González, quienes empezaron el choque por delante pero después no supieron mantener las prestaciones (7-6, 3-6 y 4-6).
Luego les siguieron paso por paso Francisco Jurado y Guillermo Collado, otros que igualmente perdieron la primera manga den juego y tuvieron que recurrir a un renacimiento espectacular ante Enrique Goenaga y Jairo Bautista (4-6, 6-2 y 6-3).
Y para terminar, como no hay dos sin tres, el protagonismo recayó en Francisco Guerrero y Arnau Ayats, también pidiendo ayuda a las musas para inspirarse y venirse arriba, consiguiendo superar la insistencia y efectividad que habían ofrecido en el primer set Daniel Santigosa y David Gala, que poco a poco se fueron oscureciendo y borrando de la eliminatoria (6-4, 3-6 y 3-6).
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