Era, como mencionábamos en la previa, un duelo de ex, el reencuentro entre Sofia Araújo y Virginia Riera con compañeras distintas, más hechas y con más recursos, y por ello un duelo sentimental que terminó convirtiéndose en toda una carrera de fondo.
Fueron solo dos sets pero las piernas acabaron agotadas por el esfuerzo, por los nervios de no dejar nunca de pelear y por el continuo correr por la pista para defender y atacar, tapar huecos y evitar que las rivales hiciesen puntos.
Si se pudiera premiar a las cuatro, desde luego que habría que hacerlo, porque tanto Tamara Icardo y Virginia Riera como Martita Ortega y Sofia Araújo se lo merecían.
Pero vayamos al partido que tuvo, como todo el torneo, una pista bastante lenta en la que en esta ocasión Ortega y Riera, las dos drives, se sentían muy cómodas y podían manejar, mientras que las dos reveses estaban a la espera de encontrar su momento y aparecer eléctricas para definir los puntos. En esa estrategia que las dos parejas llevaron a rajatabla, se fueron sucediendo los juegos con seguridad siempre desde el saque, sin una sola rotura, hasta el undécimo juego, en el que la valenciana y la argentina lograban romper para ponerse por delante (6-5) y disponer justo después, con su saque, de un punto de oro para cerrar el primer parcial, pero se revolvieron las oponentes, lo ganaron y llevaron la resolución al tie break.
Y en el desempate, más de lo mismo, igualdad absoluta hasta que con 5-6 a favor de la Araújo y Ortega, un globo de Virginia Riera se marchaba al cristal lateral ante el grito de rabia y ánimos de Sofia, ya tenían el primero (6-7).
En la reanudación cogerían el mando la madrileña y la portuguesa para ir siempre por delante (1-2, 2-3) y obtener como premio a su insistencia un break en el sexto juego (2-4) que poco tardarían en devolver con un contrabreak las pupilas de Gaby Reca, dejándolo todo como al inicio pero con menos margen de maniobra (4-4). Perderían la segunda oportunidad de cerrar el título Martita y Sofi, pues con 5-6 para ellas y saque, se encontraban con otra rotura de servicio más por corazón y repiqueteo constante que por dominar con mano de hierro Riera e Icardo: nuevo tie break forzado para alargar la batalla.
Y en la muerte súbita del segundo fueron igual que el resto del duelo, de la mano, sin separarse, hasta el 6-6, punto que ganaban las segundas cabezas de serie (6-7) y que certificaban con el segundo también con un error en la devolución de la argentina Riera. Un 6-7 y 6-7 para ellas que, tiradas en el suelo de la central de Alicante, festejaban recibiendo la ovación merecida del público.
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