La final masculina del Open de Bruselas se anunciaba espectacular sobre el papel, con las dos parejas más en forma de la competición: una que llegaba con la vitola de enormes y principales favoritos tras cinco títulos y otra que quiere llegar a esos números y seguir acercándose a los dos primeros puestos.
Una cita con el espectáculo, el pádel más puro con una potencia y recursos excelsos y también con una imaginación y una carrera entre cuatro jugadores que están marcando un presente brillante pero que anuncian un futuro incluso mejor: Arturo Coello y Agustín Tapia contra Franco Stupaczuk y Martín Di Nenno.
El entorchado belga buscaba propietarios y para ello, Stupa y Di Nenno empezaban prendidos, con la mecha bien corta y tirando siempre con intención (0-2), toda vez que Tapia y Coello no terminaban de cogerle el pulso al encuentro pero nunca se iban de él, buena muestra de que, aunque sufriendo y sin rendir al 100%, son capaces de mantenerse a flote y mostrar batalla. Y como no llegaban a marcharse los de Carlos Pozzoni, Agus y Arturo se metieron por inercia propia en el choque a pesar de que Stupa y Di Nenno tuvieron un 4-5 con su saque, pero empezaron a caminar sobre el alambre, tanto que tuvieron que recurrir al punto de oro que ganaría Coello con dos remates para luego certificar el break y ser él y Tapia los que le diesen la vuelta al luminoso (6-5).
Sin embargo, los dos argentinos demostraron su resiliencia y su capacidad de sufrimiento apurando todas sus opciones y forzaron el tie break cuando nadie lo creía posible. Pero claro, estiraron demasiado y tentaron a la suerte, pues en la muerte súbita no hubo partido. Arturo y Agus fueron una máquina de demolición, sumando siempre a su favor (6-1) hasta cerrar el primer parcial por 7-6.
En el segundo comenzarían mejor de nuevo Stupa y Di Nenno, mucho más metidos, con una dinámica muy positiva y siendo muy constantes, poniendo incluso tierra de por medio con un claro 0-3 y aunque se recuperarían ligeramente los líderes de la Race 2023 (3-5), no terminaron de acercarse y de crear peligro; los ‘Super Pibes’ querían el tercero, y lo consiguieron, logrando la más difícil, hacerles un set a Tapia y Coello, algo al alcance de muy, muy pocos esta temporada.
Resucitarían en el tercero o, al menos, se enchufarían desde el primer momento el español y el argentino, conscientes de que no podían permitirse otro bajón de rendimiento ni atención ante dos jugadores que con tierra de por medio suelen ser inalcanzables. Gracias a ello, arrancaron con otra sintonía, tocando la melodía que ‘El Mozart’ de Catamarca imprimía al partido (3-2), siempre por delante, siempre con margen.
Y cuando todo parecía decidido (5-3 y 40-0), volverían a agarrarse no se sabe cómo los de Carlos Pozzoni, llegando al 40-40 y forzando el punto de oro en un ejercicio de resistencia numantina imperial, y es que si algo no se les puede achacar es que no peleen ni se desgasten, porque lo dan todo de principio a fin. Y en el punto de oro, con la tensión ya llegando al cielo de Bruselas y tras varios intercambios, Stupa enviaba una volea a la red en medio de los gritos de rabia y alivio de sus oponentes.
Seis de seis para ‘El Rey Arturo’ y su fiel escudero Agustín (7-6, 3-6 y 6-3). Un partido ESTRATOSFÉRICO de los cuatro que terminó con la misma moraleja de los últimos, con el vallisoletano y el argentino encumbrados y de nuevo, con otro entorchado en sus vitrinas (el sexto de seis disputados). Su hambre voraz no les va a permitir parar y ya han dado otro pasito para mirar de tú a tú a Juan Lebrón y Ale Galán. Quizá a ellos no les interese la retórica de este posible duelo que puede marcar una época en el pádel pero a los aficionados y a los medios nos hierve la sangre de las ganas que tenemos de verles enfrentarse y darlo todo. ¿Serán capaces de ponerle freno al ‘momentum’ de Coello y Tapia?
Los comentarios están cerrados.