Partidazo, más incluso de lo esperado en Francia. Se esperaba un duelo de altura y los cuatro protagonistas nos regalaron una sesión de gran pádel. La final del Open de Francia de A1 Padel fue un gran combate entre los favoritos y números 1 del ranking y una pareja de españoles que llegaba tras haber vivido una maratón de partidos en sus piernas.
A un lado de la red, Maxi Arce y Franco Dal Bianco, los todopoderosos, una pareja que crece y crece, que se confirma con cada torneo que pasa y que, salvo baches puntuales, mantiene una regularidad tremenda. Al otro, Pablo Lijó y Miguel Semmler, arrancando sin puntos desde previa y acumulando partido tras partido, así hasta 14 en dos semanas, a uno por día hasta llegar a la gran final.
Quizá precisamente ese agotamiento les hizo que sus piernas no respondieran con la intensidad habitual en los primeros compases del partido, al mismo tiempo que Arce y Dal Bianco eran un ciclón, un vendaval de pádel que se multiplicaba en todos los lados del 20×10, no parando de atacar y de insistir una y otra vez sobre la defensa del gallego y el madrileño. Impotentes, Pablo y Miguel solo podían recoger una y otra vez la pelota del suelo y ver cómo los puntos y los juegos subían al marcador pero nunca al lado de su nombre.
Así, con un 6-1, los argentinos se proyectaban como futuros ganadores con más claridad que nunca, pero Lijó y Semmler no habían dicho la última palabra. Salieron con más mordiente del banquillo, dispuestos a demostrar que podían dar pelea y que tenían orgullo y el partido igualó fuerzas.
Comenzaría igual el set, con Arce y sobre todo Dal Bianco haciendo gala de su apodo de ‘francotirador’, poniendo rápidamente tierra de por medio con dos breaks y un 5-2 que en cualquier partido, profesional o amateur, sería decisivo, pero no esta vez. En ese octavo juego algo cambió, pues los argentinos no aprovecharon el punto de oro a su servicio que hubiese resultado el punto final a las hostilidades, lo que les ablandó las muñecas y las piernas y ese pequeño momento de dudas lo aprovecharon a las mil maravillas los españoles.
Lijó y Semmler cogieron velocidad de crucero gracias a sus bandejas y a las víboras de Semmler, que causaban mucho daño en la defensa de Arce, obteniendo como rédito dos breaks, igualando todo y encima poniéndose por delante con otros dos juegos más (5-7). Había final.
Ese impulso sirvió para que en el tercero fuesen ellos los que se pusieran con un 1-3 arriba y encendieran las alarmas en el banquillo de los albicelestes, con un dominio alterno, con los cuatro tranformándose en gladiadores sobre la arena gala y con un intercambio de breaks en los juegos sexto, séptimo, octavo y noveno para convertir el partido en una montaña rusa.
En el décimo, tuvieron Miguel Semmler y Pablo Lijó no uno ni dos, sino hasta tres match points pero ya se sabe que si perdonas ante una pareja tan habituada a ganar, lo acabas pagando, y ellos lo pagaron a un precio muy alto. Tres errores consecutivos de Semmler les darían una oportunidad que, en su caso no desaprovecharían para forzar el tie break.
En la muerte súbita serían de nuevo los invitados a la final los que tomarían la delantera con un 0-3 pero Arce y Dal Bianco supieron, tirando de calidad, recuperar lo perdido y ponerse por delante con un 6-4 para, acto seguido, cerrar el inmenso partido con un 6-1, 5-7 y 7-6. Aplausos para los cuatro más que merecidos.
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