El día de Reyes nos sorprendía con el anuncio de una nueva pareja en el circuito femenino, dos jugadoras que, a priori y sobre el papel, no se parecen en nada ni en el estilo de juego ni en la forma de ser pero que tienen en la cabeza el objetivo común de enganchar a la afición y competir siempre al 100%.
Por un lado, Victoria Iglesias y por el otro, Patty Llaguno, quien presumiblemente se pasará a la derecha tras unos cuantos años en el revés.
Victoria es de la escuela del revés a dos manos, una jugadora entregada y competitiva, que siempre sabe adaptarse a lo que reclaman las compañeras y que tiene un gran foco en las redes sociales, siendo muy expresiva y activa en las mismas, mientras que Patty es más tranquila, menos expuesta al foco mediático, enormemente trabajadora y cuyos recursos con la pala en la mano son enormes.
Esas diferencias pueden hacerlas, no obstantes, muy completas en la pista, con múltiples estilos de juego y con capacidad tanto para definir como para saber aguantar los ataques rivales.
Esta nueva unión supondrá, además, que Victoria acorte el puente aéreo entre Sevilla y Barcelona que tenía con Aranza Osoro y quizá que pueda incluso acercarse a entrenar con Patty y Juanma Rodríguez más asiduamente, o al revés junto al preparador de Iglesias, Javier Peña, si bien para la murciana también significará, tras mucho tiempo, no tener a su compañera diariamente al lado, algo que le pasaba tanto con Eli Amatriain como con Virginia Riera.
El caso es que esta pareja se ha ganado el derecho a ilusionar e ilusionarse y tenemos muchas ganas de verlas en acción. ¡Mucha suerte!
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