Se juntaron, quizá por casualidades del destino, Jon Sanz y Lucas Campagnolo, regresando este a una posición que quería dejar atrás, la de revés, tras haber disputado toda la temporada en el drive junto a Javi Garrido.
A pesar de eso y del poco tiempo para encajar el sistema, el »invento» funcionó, dio buenos resultados y ambos, inmersos en su »locura», se convirtieron en agitadores en esa zona media-alta de la clasificación, ofreciendo un juego muy rápido, de puntos cortos y explosión conjunta, buena capacidad aérea y pelea constante.
El español y el brasileño se entendieron a la perfección, dieron incluso algún que otro susto a los de arriba e incluso llegaron a unas semifinales, las del Open de Menorca, si bien se despiden con el mal sabor de boca de tener que hacerlo fuera de las pistas por los problemas físicos de Jon, en los octavos del torneo Premier Padel de Milán.
Así pues, el año que viene les veremos pelear por separado tras la decisión del brasileño de buscar un nuevo proyecto deportivo, algo que se desprende de las palabras del navarro en sus redes sociales, pero seguirán dando espectáculo en los torneos y, esperemos, obteniendo muchas victorias.
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