Un duelo muy emocionante nos esperaba en la final masculina del Master Final. Los grandes favoritos, los candidatos a todo por su demostración, a lo largo de meses y meses, de una supremacía total, venciendo a un lado y al otro del charco, en territorio nacional e internacional, en un circuito y en otro. Ale Galán y Juan Lebrón, dos jugadores que pueden marcar una época dorada y que, sobre todo, han demostrado una capacidad de resiliencia tremenda.
Y ante ellos, dos »locos bajitos», dos jugadores que se han encargado de romper cualquier esquema en apenas una semana, el tiempo que pasaba desde su unión para disputar este torneo hasta hoy, un tiempo que les ha valido para asombrar y eliminar a grandes parejas, superar a todos los rivales a base de ilusión, confianza y sorpresa. Hablamos de Fede Chingotto y Juan Tello, dos pequeños jugadores de grandísimo pádel.
Los dos argentinos plantarían cara en todo momento a los españoles hasta que su físico dijo basta, el de uno y el de otro, visiblemente agotados en la última parte del segundo parcial y en el tercero, pero el cansancio ue superior y ellos, justos de gasolina ante una pareja en la fortaleza física es uno de sus puntos más destacados, es hacerse el ‘harakiri’.
Sin embargo, como decimos, hasta ese momento Martín y Fede demostraron que no habían llegado por casualidad hasta el último partido, aguantándoles a los nº1 el primer asalto hasta Lebrón y Galán rompían el saque en el tramo final y lograban una ventaja que ya no iban a perder. Distancia suficiente y set al bolsillo (6-4).
Continuarían los de Mariano Amat protagonizando las mejores acciones y una mayor suma de puntos en el segundo, con otro break a su favor, pero Chingotto y Di Nenno iban a tirar de la pillería de uno y del inflador del otro para igualar la contienda al paso por el ecuador y forzar después el tie break. Ahí, no se sabe cómo, emergió la figura de un Fede Chingotto que, jugando en el revés, lograba superar a dos jugadores de mucha más envergadura a través de sus remates y juego aéreo (6-7).
Tras volver del banquillo, se veía claramente más cansados a los dos argentinos, por lo que el partido de los líderes del ranking pasaba por lograr más volumen de bola y alargar los puntos. Con esa estrategia romperían en el quinto juego sin que ya ni Juan ni ede pudiesen hacer nada. Se entregaron al show de los españoles pues ya se veían incapaces de recuperarse, con las piernas tiesas y sin que acompañasen a su frescura de ideas. Otra rotura más de Galán y Lebrón para terminar de sentenciar el partido y elevarse en medio del Palau Sant Jordi (6-4, 6-7 y 6-2).
Ya son, de nuevo, Maestros. Redondean una temporada ES-PEC-TA-CU-LAR en la que han batido todos los registros posibles y, sobre todo, en la que han vuelto a demostrar que son capaces de superar a todos, de adaptarse a todo tipo de condiciones y de vencer a pesar de la fatiga y la carga física. Su juego tiene pocas fisuras y si siguen en esta línea, pueden marcar una época.
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