Era un duelo, a todas luces, descomunal, uno de esos que no hay que perderse y que deja muchos aspectos a destacar en la pista. Tres jugadores que juegan a un ritmo espectacular, que son pura electricidad y recursos y otro que es talento, serenidad y control total. Frente a frente los nº1 contra los nº2.
Un choque de proporciones épicas con Ale Galán y Juan Lebrón en un lado de la red y Agustín Tapia y ‘Sanyo’ Gutiérrez en el otro, siendo este el jugador distinto, el que marcaba otro estilo totalmente opuesto por edad y tipo de juego, pero que ofreció igualmente un rendimiento espectacular.
Todos, los cuatro, empezarían el partido muy sólidos, conservando sus servicios y sin conseguir que ninguna pareja se dejase un solo juego por el camino, y así continuaron hasta el noveno juego, donde ‘Sanyo’ y Agus presionaban un poco más y lograban, por fin, la primera rotura; defendiéndola justo después, encontraban la diferencia necesaria para cerrar la primera manga y asegurarse el primer pasito de la final (4-6).
Sin embargo, a partir de ese momento, el ritmo, prestaciones y velocidad de bola que imprimieron Juan y Ale, por no hablar de sus mínimos errores, dieron por completo la vuelta a la pelea por el título. Mutaron totalmente sus prestaciones y de pasar a ir por detrás en el luminoso, se elevaron sobre la central de Malmö con un auténtico recital. Un pádel vertiginoso e indefendible.
Sus rivales no podían sino mirar, asistir al espectáculo como si estuviesen en la grada y sufrir, sufrir mucho, porque del 0-0 pasaron al 5-0 y escasos minutos después, siguiendo con el »modo percutor» activado, aumentaban la diferencia hasta el 6-1. Partido igualado en un visto y no visto.
Pero es que no se quedó ahí la cosa, porque lejos de conformarse, los de Mariano Amat siguieron con las revoluciones del motor a pleno rendimiento y mantuvieron la velocidad de crucero. Los argentinos lo intentaban pero una y otra vez se topaban bien con la red, bien con las paredes o bien con las continuas devoluciones del madrileño y el andaluz, que eran un frontón inexpugnable que les hacía recoger la pelota del suelo en su lado de la pista constantemente.
A pesar de que el inicio del tercero fue algo más alentador (1-1 y 2-1) conforme pasaban los minutos más grande se hacía el dominio por arriba de Galán imponiendo su físico y más asentado en el control se veía a Lebrón superando en el cruzado a ‘Sanyo’ y también en el paralelo a un Tapia que fue claramente de más a menos. De ese 2-1 se pasó al 3-2, 4-1, 5-1 y ya a la firma final, un 4-6, 6-1 y 6-2 que significaba el título para los favoritos, para Galán y Lebrón, en medio de la alegría sin control por parte de ambos.
Esta victoria sirve para que, a falta de que la matemática lo confirme (algo que ocurriría en Buenos Aires), Ale Galán y Juan Lebrón se acuesten sabiendo que en este 2022 volverán a reinar en lo más alto del ranking, hito que consiguen por tercer año consecutivo (el cuarto para Lebrón). Una pareja que se reinventado una y otra vez, que ha superado a todos los rivales que han intentado quitarles el cero y, sobre todo, que ha demostrado que sabe ganar en pistas rápidas, lentas, con el público a favor y en contra y que una y otra vez se ha levantado y que puede seguir marcando una época dorada.
Los comentarios están cerrados.