Recordando a todo un mito como Luis Aragonés y a una de sus famosas frases, Ale Galán y Juan Lebrón suman y siguen, siguen ganando, una y otra vez, aceptando el desafío que les pone bien una pareja, bien otra. Da igual quién se ponga por delante, porque una vez que cogen velocidad de crucero y soltura, son prácticamente imparables.
En Menorca se encontraban ante el sueño sin fin de Ramiro Moyano y ‘Xisco’ Gil, totalmente subidos a una nube de sensaciones positivas y de crecimiento personal. Su unión por fin estaba dando réditos, por fin se estaba viendo sobre la psita lo que tanto ellos como su entrenador ven en los entrenamientos, que son capaces de rendir a un altísimo nivel y que por pádel, pueden pelear ante cualquiera. Ha tenido que ser en Menorca donde se vea su mejor versión, se ha hecho esperar, pero ha merecido la pena.
A pesar del desgaste lógico de pelear día tras día desde primera ronda y de eliminar a varios cabezas de serie (‘Sanyo’ y Tapia, Tello y Chingotto además de a Garrido y Lamperti), Moyano y Gil salieron con la cabeza bien alta, sin concesiones y sin nada que perder, qué mejor manera de hacerlo ante una dupla sin casi fisuras.
El caso es que Lebrón y Galán se anotaban el break nada más comenzar, sin necesidad de esperar, una rotura que sería esencial para dejar a los líderes del ranking por delante y mantener esa diferencia hasta el final, mínima pero la justa como para cerrar a su favor la primera manga (6-4).
El inicio de la segunda entrega fue calcado al de la primera con la diferencia de que no habría breaks en los ocho primeros, manteniéndose la equidad más absoluta hasta que, en el décimo juego y con 5-4 para el español y el argentino, que realizó otro partido también fantástico en las recuperaciones y dejando destellos que el público premió con aplausos, llegaba el tan buscado break para ellos, obteniendo ahora un 4-6 a su favor.
Un premio muy merecido por su insistencia y por el pádel que venían desarrollando, pues hubiese sido injusto que se hubiesen ido de vacío y de esta manera al menos alargaban su estadía en la isla.
Ramiro y ‘Xisco’ no cejaban en su empeño de lograr la mayor gesta posible mientras que los pupilos de Mariano Amat buscaban cerrar el encuentro y manejarse con tranquilidad en los últimos compases. Así, en el ecuador del set, Ale y Juan conseguían por fin el premio del break y ya fueron imparables, directos a por el partido, sumando varios juegos de manera consecutiva para hacer imposible un último intento de Moyano y Gil. Para ellos se había acabado la final, con un 6-4, 4-6 y 6-2, pero Menorca y los rivales les despidieron con honores, más que merecidos.
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