No han tenido nada de fáciles las previas femeninas del Menorca Open. El hecho de estar en la parte final de la temporada hace que todas peleen más si cabe y que haya más ganas de ganar que nunca, pues victoria que te dejas por el camino significa puntos que pierdes y que te pueden alejar de tener un tramo final que mejore tus números.
A rajatabla se lo han tomado las chicas y por ello, a tenor de lo visto en la doble sesión que tuvieron, ninguna quería volverse a casa.
No obstante, la mañana fue algo más relajada que la tarde, donde hubo fuego a discreción, pólvora volando para uno y otro lado.
Que se lo digan a Marina Guinart y Noa Cánovas, las primeras en lograr el billete a 1/16, para lo cual sortearon con facilidad su primer partido ante Carmen Castillón y Marta Borrero (6-2 y 6-3) pero luego tuvieron que sudar de lo lindo, y remontar, frente a Raquel Piltcher y Ana Fernández de Ossó (4-6, 6-4 y 6-3).
Caminar muy parecido tuvieron Ksenia Sharifova y Estela Francés, quienes por la mañana superaban a Ari Cañellas y Lourdes Pascual por 6-4 y 6-1 y en la ronda vespertina, ante Ceci Reiter y Alicia Blanco, precisaban de su mejor pádel en el primer parcial para superar el tie break y luego dominar con más soltura el segundo (6-7 y 3-6).
Los otros dos partidos se resumen en una palabra: sufrimiento. Porque las italianas Giulia Sussarello y Emily Stellato tuvieron que emplearse a fondo ante Martina Fassio y Carmen García (7-5 y 6-4) y después, en su segundo partido, no tuvieron tampoco un momento propicio para la desconexión, necesitando un 3-6, 6-4 y 6-2 ante Sandra Hernández y Patricia Martínez.
Les copiaron Melania Merino y Alejandra Alonso la fórmula del vivir al borde del precipicio pues ante Carlotta Casali y Mónica Gómez tuvieron que irse a los tres parciales para sobrevivir en el torneo (2-6, 6-3 y 3-6) y en el segundo duelo del día, ante Jimena Velasco y Lorena Alonso se marcaron los mismos números, idénticos al 99%, venciendo de nuevo por un 2-6, 6-2 y 3-6.
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